Biodiversidad

Por Amanda Paulos
Bióloga, docente, observadora de fauna silvestre

Hay registradas cinco extinciones masivas de especies de seres vivos en el planeta. Los motivos que las generaron son variados, desde cataclismos geológicos hasta cambios climáticos dramáticos, pasando por el choque de partículas extraterrestres. Hoy los investigadores han comenzado a afirmar que ha comenzado la sexta extinción masiva, causada por la actividad humana, es decir, por factores antrópicos. Y en estos mismos tiempos, hay científicos y corporaciones preparando la conquista de Marte en el corto plazo para que la humanidad sobreviva y evolucione fuera del planeta cuando éste vaya quedando vacío. Preocupante panorama para los que deberemos quedarnos.

En pro de su supervivencia, en pro del “progreso”, en pro de la civilización y del disfrute banal, la humanidad cayó en poco más de un siglo en la sobre-explotación de los ambientes que toca, en el mal uso de los recursos, en las economías lineales en las cuales los recursos no reingresan al sistema sino que se descartan, en la soberbia biológica, en las acciones sin ética, en los intereses creados. Pareciera a veces que los que hoy todavía hollamos la superficie de esta Tierra somos los últimos en disfrutar algunos lugares y algunos seres vivos tal como nos fueron concedidos por el largo transcurso de los últimos cientos de millones de años. Pareciera que somos parte de las últimas generaciones en disfrutar de los grandes mamíferos marinos, de los predadores que están en el tope de la cadena trófica, de los coloridos corales, de los tiburones, del aire puro y de las aves que cada vez en menor número surcan los cielos.

Hay zonas de los océanos que ya están muertas, pero hay otras, como la nuestra quizás, que siguen teniendo algo más de suerte. Un indicador son las aves, que se alimentan en su mayoría de pequeños invertebrados o animalitos de menor tamaño. Si bien ya hay varias especies vulnerables o amenazadas; otras aún están a salvo. Dentro de las especies amenazadas está el federal de la foto y otras que, por su belleza y sus trinos, son codiciadas por inescrupulosos o ignorantes ambientales que las cazan y comercializan de manera ilegal (Ley 22.421 del Código Penal Argentino). Aún quedan algunos ejemplares, de cuyos colores, trinos, comportamiento, hábitos, podemos disfrutar. Es un privilegio. Tenemos que alertar y luchar por ellos, por un cambio de actitud. Es posible. El siglo pasado la presión pública salvó de la extinción a las ballenas. ¿A cuántas especies podremos salvar este siglo? ¿Estará el Homo sapiens dentro de ellas?