El Uncipar tuvo mayor eco de concurrencia

No es un crecimiento desmedido o exponencial; sí hay mejoras graduales para tener en cuenta. Entre ellas, la elección de las 60 producciones, la organización y las premiaciones.

El lunes pasado culminó la edición 41° del Uncipar, cuarta realizada en un espacio pinamarense, que contó con una mayor concurrencia de público que las anteriores.

La programación estuvo compuesta por sesenta producciones, nacionales e internacionales, que fueron seleccionadas entre las 850 obras que se presentaron a concurso. Es de destacar que entre las producciones no hubo documentales. En su mayoría los cortos no superaron los 15 minutos y se notó una clara presencia mayoritaria de realizadores jóvenes.

Fe, de Luciano Amadeo Meza, fue la producción nacional premiada. Una obra que excedió mínimamente los dos minutos pero que planteó un dilema entre la religión y una contemporaneidad con los valores tradicionales en crisis. Tanatos, de Farshid Ayoobinejad, fue distinguida como la mejor producción extranjera.

La presidente del festival, Liliana Beatriz Amate, se sintió contenta por el resultado obtenido: “No es ‘paso por acá y voy a ver qué hay’. Yo creo que el público que nos acompañó en estas 41 jornadas es un público que sabe lo que va a encontrar, que viene porque la propuesta le interesa, porque pasó antes y retiró el catálogo que nosotros dejamos ahí, lo miró y dijo ‘esto me interesa y voy a concurrir a las funciones’. Por eso nuestra alegría y nuestra felicidad de decir ‘vamos por el camino correcto’ cuando a las 10.30 de la mañana del sábado de la función yo entré y me encontré con la sala llena y tuve que sentarme en la primera fila porque no había otro lugar. Entonces entendí que la propuesta era buena, que el público de Pinamar nos acompaña, elige qué es lo que quiere ver y nos está eligiendo a nosotros”.

Uncipar se ha convertido en un referente en materia de festivales de cortometrajes, no sólo por ser semillero de grandes realizadores que ya consagrados siguen mostrando su material en las jornadas, sino también por la posibilidad de difundir a través de la red de festivales nacionales y del exterior los cortometrajes premiados.

Este año muchos de los que concurrieron a ver la películas pusieron en valor el cuidado que hubo a la hora de seleccionar los films: “Muchos nos vinieron a felicitar por la selección nacional porque encontraron una mejor calidad de contenidos que años anteriores. Hay un crecimiento y un buen manejo de las nuevas tecnologías en función de buenas historias porque muchas veces hemos visto cortometrajes de una tecnología impecable pero la historia, el guión, hace agua, no se sostiene. En este caso hubo una conjunción entre buenos guiones y un buen manejo de la tecnología por parte de los realizadores. Lo que también tenemos que tener en cuenta es que el género cortometraje es superflexible porque las series web, que tanto están de moda entre los jóvenes que las hacen ellos mismos y las suben, son cortometrajes, los videoclips son cortometrajes. La tecnología nos da la posibilidad de expresarnos de una forma muchísimo más ágil y eso también se vio plasmado en la propuesta en la sección competitiva nacional”.

El festival da la posibilidad de una mayor accesibilidad entre el público y los realizadores, técnicos y protagonistas. Eso da como resultado el intercambio, que en este caso dejó en claro el reconocimiento por el nivel de las producciones extranjeras, donde se va acentuando un nuevo matiz, el de las coproducciones, un aspecto sobre el que todavía nuestra industria no ha comenzado a recorrer un camino.

Amate también se refirió al momento de los reconocimientos: “La premiación fue algo que al jurado le resultó muy difícil, tanto al nacional como al internacional, por la calidad de lo presentado. Yo estoy muy conforme con las premiaciones. Siempre decimos que el jurado es soberano y siempre vemos diferentes tipos de premiaciones en función de los individuos que son los jurados, pero la verdad que el público y los realizadores presentes se fueron muy contentos con los cortos premiados, especialmente con los cortos nacionales. Así que fueron unas 41° jornadas que inclusive el equipo de Uncipar, a pesar de los nervios, las ha gozado mucho”.

Otro rasgo distintivo de esta edición fue el robustecimiento del vínculo con la Municipalidad. Una relación que fue creciendo año tras año y “este año sentimos que nos apoyaron completamente, desde el punto de vista que se decidió que la fecha sea agosto desde ya pasado Semana Santa, todas las veces que nosotros pedimos reunión nos han recibido, se firmó el convenio, se cumplió completamente con lo que ellos propusieron y lo que nosotros solicitamos y hubo un diálogo fluido con la Municipalidad. Inclusive nosotros hablamos mucho respecto a qué tipo de talleres traer porque lo que nos interesa es traer talleres que la comunidad pida o para los que sea más permeable. Ése es el tema que nosotros tenemos que trabajar un poco más, o la comunicación de la convocatoria de los talleres”.

Según la Liliana Amate, hay una intención de colaborar desde el festival para dotar de herramientas a los realizadores locales, de la región, propuestas que a veces por falta de difusión quedan en un manojo de buenas intenciones sin llegar a los destinatarios que más utilidad pueden darle.

“Uno siempre está aprendiendo, nunca deja de hacerlo. Todo suma, y si viene el taller que te puede sumar me parece que bienvenido sea. Uno no tiene todos los conocimientos, más en cuanto a lo tecnológico: es un continuo aprender. Por otro lado, Uncipar no sólo quiere ser un festival de cine sino un generador de esas inquietudes y que puedan capacitarse, porque acá vemos que hay talleres de video, de actuación. Traer lo que les sume a los que ya empezaron a transitar este mundo audiovisual”, asegura la presidente.