La maratón de la oración y celebración penitencial convocada por el papa Francisco en su reciente alocución dedicada a la Cuaresma 2018 se inicia hoy, 9 de marzo, y se prolonga hasta mañana, sábado.

La jornada, promovida por el Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, que comenzó en 2014 y que une a los templos de las diócesis del mundo, se inspira este año en las palabras del Salmo 130,4: “De ti procede el perdón”, según indicó Francisco, quien en su mensaje titulado “Al crecer la maldad, se enfriará el amor en la mayoría”, invitó a los católicos a “emprender con celo el camino de la Cuaresma, sostenidos por la limosna, el ayuno y la oración”.

A la par que hoy a las 5.00 p.m., en la Basílica de san Pedro, el papa Francisco preside esta ocasión propicia para vivir el Sacramento de la Reconciliación en el contexto de la adoración eucarística, celebrará la confesión a un grupo de penitentes, según informó la Sala de Prensa de la Santa Sede.

Y como al menos una iglesia de cada diócesis debe permanecer abierta para permitir a los fieles la oración de adoración y la confesión sacramental, nuestra parroquia Nuestra Señora de la Paz se suma hoy, de 12 a 18, llevando a cabo las confesiones, y lo mismo mañana, de 12 a 19.

El Santo Padre puso de relieve que “si en muchos corazones a veces da la impresión de que la caridad se ha apagado, en el corazón de Dios no se apaga. Él siempre nos da una nueva oportunidad para que podamos empezar a amar de nuevo”.

Exhortó a tener “un corazón abierto y dispuesto a vivir una profunda interioridad mirando con el corazón, con nuestra vida comprometida con la realidad cotidiana”.

Por su parte, el presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, monseñor Rino Fisichella, destacó que la iniciativa ya está en el corazón de la Iglesia, “tanto que se ha convertido en un momento que parece ser una cita fija de la Cuaresma”, y el propio papa Francisco la incluyó en su mensaje para la Cuaresma 2018.

Explicó también que la jornada es un camino que se difundió mucho durante el Jubileo Extraordinario de la Misericordia, pero que continúa, ya que “la experiencia del perdón es sin duda una de las experiencias más bellas que podemos experimentar en nuestra vida: si no lo imploramos como un don del Padre, si no nos dejamos ser perdonados por Él, no seremos capaces de poder recibirlo y, a la vez, de perdonar a nuestros hermanos”.