La sala de Oncología es realidad

En un esfuerzo conjunto entre la Fundación Donde Quiero Estar y la Municipalidad, se pudo dotar al área de sillones de última generación y visores de realidad virtual. En este espacio los pacientes reciben nociones de reflexología y pintura durante su tratamiento, tal cual es la iniciativa de la ONG, que ahora se aboca a desarrollar una guardia pediátrica.

El martes pasado tuvo lugar la inauguración de la sala de Oncología del Hospital Comunitario de Pinamar. El hecho fue trascendente por la forma en que se fue gestando el proceso que hizo realidad esta respuesta a una necesidad de los pacientes y su familia.

Un primer paso fue contar con un sector propio, comodidades, más horarios de atención y la posibilidad de incluir a profesionales dedicados.

“Éste es un espacio que creció de a poco, día a día”, contaba en su momento Griselda Manfredini, doctora cordobesa que estudió en La Plata y quien llegó a Pinamar luego de vivir y trabajar muchísimos años en Mar del Plata para convertirse en una de las referentes del sector.

Actora principal de este logro es la Fundación Donde Quiero Estar, que acompaña a pacientes oncológicos y familiares en hospitales de todo el país, y finalmente, fue decisivo el apoyo de distintos profesionales que se sumaron desinteresadamente para impulsar la renovación de la sala.

La inauguración de este nuevo espacio fue producto del apoyo de la Municipalidad, el personal y la fundación. Durante el acto de inauguración, la emoción sobrevoló la mirada de muchos que seguramente vivieron la vigilia de esperar un desenlace o la sobrevida de algún ser querido, en algún momento de su vida; quién no.

Todo lo que rodea el sector de Oncología es tratado con ciertos códigos que buscan brindarle bienestar al paciente y hacer más llevadera la espera a aquellos que acompañan a quienes deben cumplir con una exigencia de la quimioterapia. Nicolás Charquero, quien fue reconocido durante la ceremonia, era uno de los más emocionados. Su esfuerzo fue puntal en aquellos primeros momentos de la sala aportando mejoras con sus propias manos. No en vano el espacio lleva el nombre su madre: Sala del Servicio de Oncología, Hospital de Día, Ana María Giarretto Recova.

El secretario de Salud, doctor Eduardo D’agostino, agradeció la presencia de un numeroso grupo de vecinos y dio la bienvenida: “Lo que se puede ver es una muy pequeña muestra de la enorme y sensible energía que desde la Fundación Donde Quiero Estar, junto a toda la gente que ha trabajado en el hospital y con un gran apoyo de la intendencia, pudimos concretar el proyecto”.

Por su parte, el cura párroco, padre Marcelo Panebianco, realizó una emotiva bendición del nuevo espacio, augurando lo mejor para quienes harán sus tratamientos en este sector y para los pacientes del renovado hospital en general. Luego se procedió al tradicional corte de cintas y el grueso de los asistentes ingresó en la sala.

Claudia Lugones, agente municipal y coordinadora de la fundación, agradeció y reconoció todo el apoyo recibido, visiblemente emocionada.

Luego, fue el intendente Yeza el encargado de entregar reconocimientos a los protagonistas de esta historia, donde la calidez y el cariño han sido y son una constante.

El jefe comunal no ahorró elogios: “Estamos muy contentos porque además de toda la remodelación del sector, de los subsidios y colaboraciones, de los nuevos sillones, vimos el compromiso humano de todos para poder ofrecer un confortable espacio para el Servicio de Oncología. Todos pusieron el hombro. Como Municipio y como vecinos, nos merecíamos este espacio”.

Para celebrar este logro fue de vital importancia el aporte de la arquitecta sanitarista Jorgelina Alcántara Braidot, que donó los planos de la obra.

“Y por eso necesitábamos este lugar, un espacio de calidad, bien cuidado. Cuando empezamos teníamos tres sillones y ahora ya tenemos siete sillones, por ejemplo. Queremos darles la mayor comodidad a los pacientes y en este sentido estamos trabajando; por eso recibimos con tanta alegría esta inauguración. Todos los días sumamos algo nuevo. Por ejemplo, la gente de la fundación ayuda dentro de sus posibilidades a los pacientes dándoles nociones de pintura y reflexología, reiki, entre otras opciones. Toda la prioridad y el esfuerzo lo ponemos en generar bienestar y estamos muy felices de poder lograrlo”, concluyeron.

La próxima meta es la concreción de la guardia pediátrica, otro espacio necesario donde se va a volcar el esfuerzo conjunto de la fundación y la Municipalidad para dotarlo no sólo de la tecnología requerida, sino también de la calidez necesaria para hacer más placentero el paso de los niños que deban ser asistidos.