Se va un año feminista: las bases de un nuevo paradigma

Termina 2018, marcado por el crecimiento exponencial del movimiento feminista en Argentina. Un resumen de los temas más importantes que tomaron la agenda pública, mediática y política. ¿Qué sigue y cuáles son los ejes que definen al movimiento como el actor político, social y cultural más influyente del nuevo siglo?

En Argentina, este fue un año donde el colectivo plural feminista instaló temas de debate en toda la sociedad argentina. Hubo hechos que no sólo fueron noticia sino que hablan de un cambio de paradigma fundacional del siglo que emprendemos. Mostrar las estadísticas de una realidad que duele es mucho más que eso porque esas cifras tienen nombre y apellido, el de mujeres argentinas muertas por la violencia machista y la injusticia de un sistema que está en quiebre.

Según el Observatorio de Femicidios Adriana Marisel Zambrano (perteneciente a la Asociación Civil La casa del encuentro), durante el período del 1 de enero al 31 de octubre de este año hubo, en promedio, un femicidio cada 32 horas en nuestro país, resultado que dejó 250 hijos sin madre (de los cuales el 67% son menores de edad). El Instituto Nacional de las Mujeres (INAM) publicó un informe sobre los llamados a la línea 144 (para denuncias y contención por violencia de género) donde se ve un incremento exponencial de hasta el 250% en los días posteriores al “efecto Thelma Fardin”.

¿Qué pasó en el ámbito local?

El inicio de 2018 en Pinamar estuvo marcado por una semana de trilogía espantosa. Entre fines de febrero y los primeros días de marzo, fueron detenidos tres hombres por abuso sexual de menores: un cirujano, un concejal y un pastor (“Los casos en Pinamar”). Cerramos el año con los datos que brinda el Centro de Asistencia a la Víctima, dependiente de la Municipalidad de Pinamar y que articula con el Ministerio de Justicia provincial, juzgado, fiscalías y la Comisaría de la Mujer. Hoy se promedia el ingreso de dos casos nuevos por día; aproximadamente unas seis entrevistas diarias y entre diez y doce visitas domiciliarias semanales. En 2018 se crearon aproximadamente 400 legajos de intervenciones. A mediados de 2018 se realizó el cambio de nombre de la dirección, pasando de “OVA” a “Dirección de la Familia y Acceso a la Justicia”. Se logró implementar el servicio de “dispositivo antipánico”. Algunos temas siguen sin resolverse, como, por ejemplo, la falta de un móvil para la Comisaría de la Mujer y la Familia.

Las cifras que no vemos

Las costumbres machistas naturalizadas se asientan también sobre cifras que no vemos, porque no hay registro de datos. Por ejemplo, la lucha mayoritaria de las mujeres por las cuotas de alimentos para los hijos, que representan un alto porcentaje de demandas (un 80%, según tres estudios de abogacía consultados), con resultados poco favorables para la mujer y los niños. Esto determina la pauperización en calidad de vida y la sobrecarga de tareas. La sociedad naturaliza la crianza que ejercen madres solas y no hay condena para los hombres que abandonan sus responsabilidades. Otras cifras sin análisis estadísticos pero que resultan evidentes: la participación laboral femenina más baja respecto al hombre y afectada por el trabajo doméstico y de crianza o cuidado de familiares, no remunerado. Un alto porcentaje de mujeres en trabajos precarizados y no registrados (ejemplo: servicios de limpieza) o la brecha salarial entre mujeres y hombres por el mismo tipo de trabajo.

Lo más visible de 2018

–Debate Nacional por el proyecto de Ley IVE: la Ley de interrupción voluntaria del embarazo, que en algunos países del mundo fue aprobada hace más de cien años (Rusia) y en otros recientemente (Irlanda), fue una bisagra para la sociedad y el movimiento feminista. El país estuvo dividido en posturas científico-humanistas y dogmático-religiosas. El resultado negativo en Cámara de Senadores fortaleció al movimiento en todo el país que, hoy, sigue unido a través de las redes sociales y espera un nuevo momento, mientras insiste con el mensaje “no es aborto sí o aborto no. Es legal o clandestino. El aborto ya existe”.

–Ley Brisa: el 4 de julio fue aprobada por el Congreso (el mismo día que la Ley Justina) y este 20 de diciembre, a través de un Decreto del presidente Macri, se reglamentó. Otorga un régimen de reparación económica de $8.636 a los hijos de mujeres asesinadas por violencia de género y que se encuentran al cuidado de algún familiar.

–Fallo Lucía Pérez: el pasado 26 de noviembre, luego de dos años del femicido que movilizó al país, tres jueces marplatenses absolvieron de tal delito a los imputados, por considerarlos sólo responsables de la venta de drogas. La indignación social fue la respuesta del feminismo que marchó levantando ahora la bandera de “Justicia por Lucía”. Se puso de manifiesto, una vez más, la necesidad imperiosa de capacitaciones en perspectiva de género para los efectores del sistema judicial, reclamo que lleva años en la agenda del movimiento.

–Denuncia de Thelma Fardin y colectivo de actrices argentinas. Con un promedio de mil llamadas por día a la línea 144, luego de la denuncia pública, se generó un efecto identificatorio de mujeres que decidieron salir del silencio abrumador. Hasta 3661 llamados en un día. El #nonoscallamosmas y el #miracomonosponemos fueron trending topic en las redes sociales. Un punto de inflexión para otro reclamo que las mujeres gritamos desde hace años, las violaciones, el abuso sexual, el abuso sexual infantil, los acosos de todo tipo y sin distinción de ámbitos. El volcán estalló, la ola de denuncias se destapó. Políticos, comunicadores sociales, actores, productores, empresarios, empleados, son diariamente denunciados por vía judicial y pública. En base a estas denuncias salen a la luz redes de pedofilia y trata de adolescentes, como el caso del concejal de Florencio Varela Ernesto Zisuela. Las redes se inundan de relatos de mujeres desde los 80 años para abajo, que finalmente se animan a contar lo que vivieron en la niñez o recientemente. Las periodistas feministas recibimos pedidos de difusión y ayuda por casos de todo tipo y desde cualquier rincón del país. En todo este contexto, el presidente Macri decidió llamar a una conferencia y anunció el Plan de Igualdad de Oportunidades y Derechos (PIOD) 2018-2020. Fue transmitido desde la Residencia de Olivos con la presencia de varias mujeres de su espacio, la ministra Carolina Stanley y la presidente del Instituto Nacional de las Mujeres, Fabiana Túñez.

–Ley Micaela: este 19 de diciembre, el Senado aprobó la ley que lleva el nombre de Micaela García, asesinada en abril de 2017 en Gualeguay, entre Ríos, por el femicida Sebastián Wagner. Era ex convicto por delitos de violación pero gozaba del beneficio de libertad condicional a pesar de los dictámenes que desaconsejaban taxativamente dejarlo libre. La ley establece la capacitación obligatoria en la temática de género para todas las personas que se desempeñen en la función pública, en todos sus niveles y jerarquías, en los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial de la Nación. Finalmente, el pedido de años fue escuchado. Ahora se debe concretar su implementación.

¿Qué sigue?

2019 es un año electoral y el feminismo se define como el actor político y socio-cultural de mayor impacto. Sin duda, los temas y reclamos del colectivo serán tenidos en cuenta para promesas de campaña y discursos político partidarios. El movimiento no olvida y retruca. El proyecto de Ley IVE es el gran tema pendiente, un reclamo masivo de libertad de decisión propia. Otro reclamo pendiente es la implementación de la Ley 26.150 de Educación sexual Integral (ESI) en todos los niveles educativos, que tenemos vigente desde el año 2006 pero sin ejecución clara. Respecto a las acciones de políticas públicas para erradicar la violencia de género, hubo una desinversión del 18% en el presupuesto destinado (respecto al año anterior) por parte del gobierno de Macri. Luego de Thelma Fardin y de que que las denuncias detonaran la línea 144, el mismo Presidente anunció el nuevo plan (PIOD), pero nos preguntamos: ¿dónde están las obras del anterior Plan (Ley 26.485) que preveía, desde 2017 hasta 2019, la construcción de 36 hogares para contención de víctimas con un presupuesto de 600 millones? ¿Dónde están la creación de “Áreas de la Mujer” por un presupuesto de 36 millones o los programas de fortalecimiento para organizaciones civiles, con un presupuesto de $14 millones? (www.argentina.gob.ar/inam/plandeaccion).

Un capítulo aparte y extendido merecen los medios de comunicación. Los discursos mediáticos construyen sentido social; es fundamental que estos espacios incluyan a las comunicadoras y periodistas feministas capacitadas para responder a las nuevas necesidades de una sociedad y cultura emergente. Algunos medios de gran envergadura ya lo están implementando, tal es el caso del diario Perfil, que en octubre pasado incorporó a sus filas a una de las referentes más respetadas del feminismo, filósofa, docente y defensora del género Diana Maffia.

«“Es hora de que los medios y comunicadores se junten a reflexionar sobre cómo quieren que la sociedad piense los nuevos temas”. Rita Segato, antropóloga»

En resumen

Si 2018 fue un año marcado por el feminismo, 2019 lo será aún más, porque el feminismo no es una moda. Es un nuevo paradigma de pensamiento y vida que promueve la aceptación de la diversidad, la integración de las diferencias, la inclusión, la identificación y empatía con el otro, la sororidad como valores fundamentales del ser humano. Como bien lo expresa Rita Segato en una entrevista con La Nación: “El feminismo no es la contracara del machismo. La aspiración del feminismo no es pasar de dominadas a dominantes”. El cambio cultural ya llegó, las nuevas generaciones lo requieren, aunque los pasos son más lentos de lo deseado para quienes ya visualizamos esta construcción. Según analistas y expertos “al ritmo que vamos, nos llevará más de 200 años la creación de un mundo igualitario y equitativo”. La idea es mejorar la performance y acelerar la llegada a la meta. Como expresa la socióloga y filósofa española Marina Subirats (en entrevista para El País digital): “Estamos pasando del androcentrismo (el hombre como centro) hacia un nuevo modelo sin géneros, donde la sociedad construye una cultura andrógina, sin supremacía de un género sobre el otro”, y remata: “El feminismo es un movimiento de liberación de mujeres y hombres, falta que los hombres se den cuenta de esto”.

FOTO: Gentileza de Feminismo Urgente