Alfaya responde duramente

En uno de los canales de información, como lo es una red social, el concejal de Cambiemos Rafael De Vito (h) habría vertido conceptos que el titular de Visur consideró ofensivos. De manera calma, elaboró una respuesta y quedó a la espera de una disculpa.

Ya hace años que Nicolás Alfaya es una figura pública de trascendencia comunitaria. No son pocos los que recuerdan cuando con una máquina vial de su propiedad sumó su colaboración para evitar el deterioro de las calles y la irrupción de las ramas en el paisaje urbano de Pinamar. Otra imagen válida es la del vecino poniéndole el hombro al Muelle de Pesca, haciendo las reparaciones necesarias y solucionando los problemas de iluminación y de las cañerías y canillas del agua corriente. Mucho antes de que existiera la plaza de Avenida Central, en Ostende, Alfaya y su gente ya se ocupaban de la merienda en su amplio local de la Avenida España.

Él mismo se encarga de hacer un borrador mental de algunas de las acciones que realizó: “No nos olvidemos de que desde muy chiquito estoy en Pinamar. Mi abuelo, ahí, en la calle Simbad, tenía unos dúplex cuando esto pertenecía a Madariaga y uno ya tiene las raíces y es un lugar tan lindo, paradisíaco y todo, que lo único que tenemos que hacer es tratar de cuidarlo y, los que llevan adelante el Municipio, hacerlo de la manera que lo tienen que hacer. Hemos trabajado fuera de los tiempos electorales. Ayer recordaba que en el 2013 no había máquinas, no había gasoil, había problemas con los empleados municipales por falta de pago y se pudo adquirir una máquina, se sacó de recursos genuinos. Digo esto porque yo no trabajo para el Estado ni nunca lo hice. Lo hice de corazón porque lo quería hacer y porque había una necesidad y era que a los vecinos nos tapaba la mugre y un poco ayudé yo; después se sumó a mi grupo gente que trabajaba conmigo, como plomeros con quienes arreglamos los sanitarios del muelle. Hicimos un montón de cosas, por ejemplo, donde se hizo la plaza sobre España, la canchita de fútbol, con los aros de básquet, los colocamos nosotros”.

Alfaya sigue colaborando. A través de su organización colabora todos los meses con algunas escuelas; cuando no es una entrega de libros se trata de alimentos no perecederos. Su experiencia le permite vislumbrar que existen peleas internas, según sus propias palabras, y “que lo que hay que hacer ahora es limar esas asperezas y construir”.

La pauta de su estatura política se visualiza en que en la próxima elección trabajará su posibilidad electoral con la gente del ex presidente Eduardo Duhalde.

Quizás por ese crecimiento es que Alfaya no llega a entender ni justificar ataques gratuitos hacia su persona, especialmente de un concejal como Rafael De Vito (h), cuando lo compara con un conductor de un espacio político al que le adjudica más glamur que al referente de Visur. Pero el tema no se agota ahí: “Y después dijo dos o tres cositas más y salí a responderle a Rafita porque por ahí no sabe todo el esfuerzo que uno hizo genuinamente. Todos sabemos que la empresa De Vito siempre trabajó con la obra pública, trabajó para el Estado y yo soy privado, hago todo de manera privada, y cuando participo en política lo hago con recursos genuinos, sin pedirle nada a nadie y sin sacarle ninguna ventaja ni ningún rédito”.

“Estos personajes que aparecen –habría dicho De Vito– no se sabe de qué trabajan, andan en autos importados, quizás vinieron para quedarse con algún beneficio”. En respuesta a estas consideraciones, Nicolás Alfaya destaca que tiene un trabajo firme, que preside sus empresas y que no se vale de ningún testaferro para desarrollar sus actividades. Recuerda que no hace mucho ARBA inspeccionó la zona donde reside, en el norte pinamarense, y resultó ser que sus casas eran las únicas que estaban declaradas.

“Los profesionales que trabajan conmigo en Pinamar saben cómo me manejo, cómo hago. Tengo mis declaraciones juradas. Todos los que fuimos candidatos presentamos declaraciones. Uno trata de hacer las cosas bien y cuando hay conflictos internos en la política se sale a hablar de otras personas que realmente no tienen nada que ver y que quizás están mejor que cualquiera”, amplió.

Otra de las cosas que dijo el concejal, según Alfaya, es que no tenía casa propia, por lo cual estimó que “podría recurrir a un crédito de la línea UVA o que sea la comunidad la que lo ayude depositando en una urna algo de dinero para que se compre la casa, ya que está alquilando”.

Alfaya se extraña por la agresión, ya que no hay antecedentes de algún enfrentamiento o disenso significativo que los enfrente.

“Con relación a la Ley de ética pública (25188), él tiene que pensar que es parte de una empresa que es proveedora del Municipio. Por más que diga que se desvinculó, pertenece a la familia y ello es imposible desde el aspecto legal. En otro orden, durante una licencia del intendente y cuando le tocó ocupar interinamente su cargo, habló de personajes nefastos que se acercaron para destituir o voltear al intendente, Martín Yeza. Él tendría que haberlo denunciado ante la Justicia; de lo contrario es cómplice. Es algo muy grave. Pero esta situación seguramente se debe a la inexperiencia, a los jóvenes años del concejal”, concluyó.