Coincidencias y tono mesurado

Luego de aprobado el decreto relacionado con la rebaja de las dietas, se produjo una situación particular o poco usual: que dos integrantes de sendos bloques compartieran una nota y pudieran mantener un diálogo, más allá de sus propias convicciones. Tal es el caso de Daniel Bermúdez, vecinalista, y Augusto Urrizola, oficialista.

El concejal Augusto Urrizola, en una demostración de espíritu democrático originado en su genética radical, dio quórum para que se tratara el tema de las dietas de los legisladores. Su posición merece un análisis, ya que la norma es que las bancadas obren en bloque en un ejemplo de obediencia debida a ultranza.

“Creo que la herramienta del quórum es reglamentaria; se puede hacer uso de ella en alguna situación circunstancial; lo que no se puede es prolongarla en el tiempo porque de lo contrario el vecino común, el contribuyente que paga nuestros sueldos, termina pensando que a lo mejor lo que no queremos es sentarnos a trabajar. No era ése el tema; por ahí la discusión era más formal. Pero habiéndose tratado el martes todos estos puntos […], me pareció extemporáneo cuando me enteré de que mis compañeros de bloque no darían quórum. Al menos, haberlo conversado antes, que era lo que correspondía. Pero más allá de eso, sobre todo lo que primó en mi decisión era prolongar un tema que de una u otra manera había que resolverlo, si no era ahora era en marzo, y seguramente va a haber que volver a tratarlo porque la reducción del HCD luego de la modificación implica una reducción del 33%, con lo cual esta quita del 16% de la dieta de los concejales va a resultar insuficiente en unos meses”, señala.

Por su parte, el concejal Daniel Bermúdez, en una misma línea, afirma: “Estoy de acuerdo con eso. Me he sentado con una planilla de Excel y sacado los números y, hoy, con todas las medidas que hemos tomado, terminamos con un rojo de entre seis y ocho millones, si bien hay un ítem dentro del reglamento de contabilidad en el cual podemos disponer hasta un 50% más de la dieta de los concejales. Estamos hablando de ocho millones. Estaría casi cubierto pero tengamos en cuenta que no tenemos dentro de esa planilla la paritaria para el año 2019 de todo el personal del Concejo Deliberante y ya con esa variación va a haber una reducción aun mayor. Y otro punto a tener en cuenta es que en abril habrá un nuevo tratamiento del Código Tributario y al presupuesto de gastos y de acuerdo al resultado que se obtenga de esta cuestión va a ser mayor o menor el rojo. Independientemente de esto, si hoy tenemos que levantar la mano por un presupuesto o por una modificación del Código Tributario para que nos alcance dentro de lo que es el HCD tal cual estábamos, estamos hablando de un incremento en las tasas, la verdad, exorbitante y que escapa a cualquier idea que tenga cada uno del monto. Estamos hablando de arriba de un 100% y es una locura”.

Urrizola, que sigue las afirmaciones de Bermúdez con atención, acota: “Seguramente en abril habrá que replantear nuevamente la parte más importante del presupuesto municipal, que naturalmente es la del funcionamiento total del Municipio. Se aprobó un aumento en las tasas del 10% y, más allá de casi el 40% que había solicitado el Departamento Ejecutivo, va a haber que encontrar un punto intermedio, de equilibrio, en la medida en que la economía del país continúe con algún viso de normalidad, como estos últimos meses. Yo creo que hoy día tendrá que rondar en un 15 adicional para poder encontrar la posibilidad de funcionar, no ya con inversiones nuevas pero sí mantener el funcionamiento del Municipio sin conflictos sindicales. Así que creo que en ese sentido tendríamos que acordar con las distintas fuerzas políticas. No tenemos mayoría en el HCD para poder establecer una posición, no desde el oficialismo. Seguramente será motivo de una charla y de una reflexión en conjunto, más allá del presupuesto del HCD, que es más chiquito y que seguramente este cambio en la ley provincial va a obligar a que el Concejo de Pinamar tal cual se lo conoció en los últimos años va a tener que pasar a manejarse de una manera distinta, más similar a otros concejos deliberantes de la zona, donde no hay asesores a razón de uno por concejal, donde muchas veces los propios secretarios son solventados por el propio bloque. Cuando la manta es corta, quienes tenemos mayores responsabilidades, y en esto siempre coincidimos con el bloque de Propin, somos los que tenemos que dar los gestos necesarios para que quienes se puedan ver afectados por la medida entiendan que se tomó porque no quedó otro remedio y empezando por nuestro propio bolsillo; porque, si no, es fácil levantar la mano para votar un aumento de tasas pero cuando nos tenemos que tocar el bolsillo a nosotros, la manito se nos encoje”.