Es lo que asegura Matías Melía ya que entiende que el esfuerzo económico debería estar volcado en el aspecto de vender salud, ofrecer la seguridad de vacacionar en un destino sano.
Matías Melía, reconocido empresario y dirigente político, es un pinamarense cuyo árbol genealógico tiene una acendrada raigambre pionera. Como tal es una palabra válida a la hora de dar a conocer su parecer sobre los temas que pueden influir en el bienestar y crecimiento de su querida ciudad.
Como muchos intuye que estamos frente a una temporada diferente que sucede a un receso obligatorio producto de la pandemia.
“Yo creo que está todo dado para que la temporada sea, en cuanto a ingreso de turistas, buena, porque todo el contexto nacional así lo indica. Con los aeropuertos internacionales cerrados, con Uruguay que es el principal destino del público que venía a Pinamar también cerrado, Brasil lo mismo, o por lo menos no hay grandes destinos de Brasil que estén en una mejor posición que los de la costa atlántica y a su vez la diferencia de los tipos de cambios que hace que cualquier lugar en el exterior sea muchísimo más caro que venir a la costa, entonces está todo dado en el contexto macroeconómico como para que Pinamar sea una opción considerada para todos aquellos que tengan el dinero porque este año es difícil”, pronostica.
Experimentado en muchas pretemporadas, Melía tiene el olfato de aquellos que han navegado en las aguas aparente calma de los momentos previos al fenómeno de cada verano. Su visión le permite concluir que a Pinamar le falta todo que no tenemos nada, según sus propias palabras.
“Esto lo digo porque una cosa es esperar al gobernador para ver si levanta el pulgar o no para tener temporada y otra es estar preparado para tener temporada. Son dos cosas que van por carriles diferentes, la gobernación tomó la decisión de tener temporada por el contexto de la cuestión macroeconómica si es por la cuestión como ciudad, de estar preparada para la temporada Pinamar, hizo todo lo contrario a lo que tendría que haber hecho, el ejecutivo y parte del legislativo porque en un montón de cosas tienen culpas repartidas, desde ese lado obviamente no hubo armado de protocolo porque se dice ‘el protocolo le corresponde a provincia y nación’ y no es verdad eso porque Mar del Plata o Gesell lo hicieron desde el lado de las municipalidades y con sus órganos legislativos y luego lo elevaron a la provincia, desde ese lado los protocolos y reglamentos los podría haber hecho el municipio y no los hizo. A su vez decís ‘invirtieron en salud’, no, como destino turístico lo que tendríamos que haber vendido es salud y lo estamos vendiendo es bicisenda y paseos peatonales, entonces desde ese tipo de estrategias o de procedimientos para prepararnos para una temporada fue todo lo contrario a lo que el sentido común te decía que había que hacer en este momento, la municipalidad se tendría que haber paralizado en el sentido de dedicarse netamente a la limpieza y la salud y a la asistencia social, después todo lo demás era secundario, era un año que había que gestionar usando el sentido común y fue todo lo contrario, se hizo av. Shaw peatonal y se metieron 9 millones de pesos, después otros 10 millones de pesos haciendo las ciclovías, ahora se hacen 18 millones de pesos más para hacer un paseo peatonal de 800 metros en avenida del mar saliendo de Bunge, en el foco que se tendría que haber invertido no se invirtió. Nosotros como destino turístico tenemos que vender salud”, recalca.
Obviamente, Melía transita un criterio diferente que el ejecutivo y entiende que es lamentable pedir un bono colaboración “cuando la ciudad debería estar totalmente equipada”. Mucho más se indigna que se le quiera cobrar al turista otra tasa, como si fuera un impuesto por habernos preferido o como si se tratara de un tributo por bajar a la playa con su familia y la clásica heladerita.