Falta de cancha

La construcción de la planta depuradora en las adyacencias del Polideportivo podría colisionar con la ordenanza que determina la creación de la cancha de una conocida institución deportiva.

El agrimensor Erico Debisschop repasó el derrotero de una institución señera del partido en el afán de contar con su propia cancha de fútbol, un logro que se robusteció como un proyecto cierto a partir de la promulgación de una ordenanza que así lo determinó.

No obstante ello, el lugar asignado sería requerido por la Municipalidad para construir allí la ansiada planta de tratamiento de líquidos cloacales.

Debisschop recuerda que desde el inicio, a su criterio, se cometió un error al acceder su dirigencia a cambiar la sede de la calle Jasón por cinco o seis lotes en Martín Pescador, entre De los Patos y Eneas, un lugar que por aquel entonces quedaba lejos de todo.

“En ese momento se tendría que haber tenido otro concepto del valor de las cosas porque ya había una zonificación o estaba incipiente y no se hizo negocio. Esto fue alrededor del año 1975 y los lotes coloreados en naranja, amarillo y rojo ya estaban, donde se hicieron los primeros edificios y ya estaba todo zonificado. Entonces, los dirigentes no tenían conciencia de lo que podía valer algo sobre la calle Jasón. Los dirigentes manejaron mal los números, para mí, no es culpa de Pinamar SA porque ellos hacen un ofrecimiento y si vos agarrás viaje es tu problema y no le vamos a echar la culpa a los dirigentes porque no son economistas ni agentes inmobiliarios sino que son gente del deporte que están para otra cosa, son gente sana. El dirigente como el actual es gente sana. Si ser sano y honesto es ser ingenuo, son ingenuos, pero básicamente son sanos y es lo que el pueblo necesita para crecer”, analiza.

El experimentado agrimensor recuerda que en momento se pensó en la necesidad de un campo de juego y que por consenso se le dio al club San Vicente, frente a la CALP, de donde finalmente se tuvo que ir. Es en ese punto de la historia que se empieza a construir el Polideportivo. Una de sus finalidades era remediar la situación, hasta que las autoridades cayeron en la cuenta de que no se podía dar un espacio único a una sola entidad.

“Le hicieron promesas a Tati García, que todo ese polideportivo, toda esa reserva urbana, iba a ser para el desarrollo del deporte, desde ahí hacia el futuro. Con el tiempo se fue consolidando el polideportivo y se hablaba de la cancha del Club Pinamar y de la cancha de San Vicente y yo me acuerdo de haber ido a ver la futura cancha de San Vicente, que era todo laguna de materia, había una estaca visible del agrimensor, estaba Rafael De Vito como presidente del Club San Vicente, y vimos el trabajo que había que hacer, que era enorme. La cancha quedaba cerca de la ruta; y la cancha del Club Pinamar también estaba diseñada más cerca de lo que es la policía caminera ahora. Todo esto representa la importancia que es para un club contar con una cancha, tal como ocurrió con los clubes de Ostende. El San Vicente y el Pinamar comenzaron con la deuda de la cancha, con una sede y un tingladito. Son años de lucha y gestión, sin obtener un resultado”, amplía.

Debisschop entiende que el espacio del Polideportivo y su entorno siempre estuvo destinado al deporte y que en ese espacio siempre iba a preponderar esta actividad. Es más, entiende que ese fin siempre estuvo en la mente de todos los pinamarenses, “con lo cual la cloaca nunca se pensó de hacerla en ese lugar, desde los comienzos. Otro indicador más de que no se pensó hacer la cloaca en ese lugar es que cuando [Blas] Altieri consigue el estudio del agua y de la cloaca a través del gobierno de Menem, a través del Enohsa (un estudio que costó un millón de dólares), quedó el estudio entregado y aceptado y después Raquel Bravo Almonacid se ocupó, en el año 2010, de que se aprobara por ordenanza, o sea, hacer obligatorio el proyecto de cloaca y agua. En ese proyecto la planta de cloaca estaba por razones altimétricas y de estrategia, conversadas con profesionales y con el Concejo Deliberante de Madariaga en dos oportunidades: una, alrededor del año 2000, y después, alrededor del año 2007; la última vez se plasmó un convenio con la Provincia, con ABSA, y arrancó la planta en Madariaga y está iniciada y muy bien, porque la parte lenta ya está ejecutada, que es el pilotaje, y el desarenador está hecho, con lo cual rápidamente podría entrar en funcionamiento”.

De esta manera, el proyecto de la planta depuradora vuelve a estar en el centro de la polémica.

Debisschop es terminante sobre el tema: “Entonces, todo juega a que el deporte se tiene que desarrollar en ese lugar y la planta de cloacas, por razones técnicas y económicas, en el Partido de Madariaga, tal cual estaba previsto, y todo el mundo queda en orden y en paz, porque si no cometemos el error que ya hoy estamos sufriendo: hoy hay una intimación de la Municipalidad sobre el club Pinamar para que se corran, que la cancha de fútbol, que la tienen prácticamente hecha (alambrada y sólo falta echar la tierra y el pasto) no se va a hacer ahí, a pesar de que hay una ordenanza y el predio fue marcado por la Municipalidad […]. Usaron el Presupuesto Participativo, con lo cual están usando el dinero de todos nosotros, y cuando están a punto de echar la tierra le dicen ‘ahí no porque lo necesitamos para la planta’, porque en realidad la planta la tienen programada en otro sector del Polideportivo. Lógico. El lugar donde está la cancha de fútbol es el más ‘apetecible’, por el esfuerzo que puso la institución y por una cuestión altimétrica. Está parejita para como empezar un edificio. No tenés que tirar árboles. Entonces, está espectacular. Con esto es para que los pinamarenses piensen en el futuro de sus hijos y de sus nietos lo que va a pasar. Esto recién empieza. Es altamente invasor sobre la comunidad pinamarense del futuro”, concluye.