“Hay mucha gente que toma el tema con liviandad”

Lo asegura el licenciado en criminalística y docente Martín Korin, ya que percibe que no hay un concepto claro acerca de la gravedad de la enfermedad y su crecimiento.

Martín Korín considera que las medidas dispuestas son las adecuadas pero aclara que si no se concretan en todo su sentido no sirven de nada. Esto lo asegura porque ha corroborado que más allá de las lógicas molestias surgidas de los cierres en los accesos de Ostende y Cariló, la disposición de control se ejecuta a medias, ya que en los ingresos a Pinamar y Valeria del Mar no vio la presencia de controles.

–Por estos días estás impartiendo clases a distancia. ¿Esto es así?
–Exacto. Lo que estamos haciendo es convertir todo lo que tenía una dosis de presencialidad; es hacer el acople y la transformación en material virtual. Dada la situación, tenemos que ser conscientes de la realidad del caso. A acoplarse todas las escuelas. Hay que trabajar en ello y hay que modificar todo. No es nada fácil. Tal cual hablábamos, muchas de las personas están verdaderamente colapsadas y muy nerviosas porque nunca realizaron este tipo de tareas a distancia.

–Bajo estas circunstancias que nos toca vivir, ¿cómo ves el comportamiento comunitario?
–En líneas generales, me parece que estamos teniendo un gran conflicto como sociedad. Me parece que no estamos teniendo una clara idea de lo que esto, potencialmente, significa, esta pandemia que más allá de que se haga referencia a lo que es la extensión territorial, en la cual se ha dado la distribución del virus. A lo mejor hace falta la imagen cruda para que la gente tome dimensión. Ayer pasaban un video desde Italia donde mostraban lo que es un centro de atención, con todas las personas entubadas, todas con mascarillas; era un pasillo donde para uno, que por su profesión está acostumbrado a trabajar con casos de muerte, era chocante. Esas imágenes a veces sirven para dar una idea más clara de lo que esto potencialmente puede significar. Hay mucha gente que, a decir verdad, lo toma con una liviandad que no debería ser. Es complejo y entiendo que esto debería hacernos madurar como comunidad pero va a costar.

–¿Has analizado las disposiciones tomadas por el gobierno sobre el tema?
–Desde el punto de vista del gobierno nacional me parece que las medidas fueron acertadas y fueron tomadas a tiempo. Sin lugar a dudas que la presión se ha sentido, si analizamos que el viernes pasado tanto el ministro de Educación como el de Salud entendían que no era necesaria la suspensión de las clases, ya que los niños y los jóvenes no eran un factor de riesgo. La presión ejercida por la población, a mi parecer, fue determinante para que sí se operase la suspensión. El gran conflicto radica en lo que tiene que ver con los medios de transporte: no todas las personas pueden quedarse en su casa. Sin ir más lejos, los docentes que están asistiendo todos los días a los centros educativos para preparar el material y todo lo que eso conlleva.

–¿Y desde lo local?
–En un principio aplaudí las medidas tomadas. He sido muy cauteloso con las críticas a posteriori de las elecciones. Pero me parece que se tomaron medidas que fueron disuasorias; o sea, desde el punto de vista preventivo esto de desalentar al turista de que se haga presente porque no son vacaciones me parece que funciona muy bien. El intendente maneja grandes volúmenes en lo que respecta a las redes sociales y eso provoca un efecto notorio, como se percibe en las portadas de los principales medios en relación al cierre de Pinamar. Después a mí lo que me sucede es que tengo una especie de sinsabor en lo que refiere al cartón pintado porque es algo que es una medida que en realidad a medias tintas no sirve absolutamente para nada.

–¿Qué le faltaría?
–Ayer cerraron lo que son los ingresos a Ostende y a Cariló generando un trastorno a todas aquellas personas que, llegadas al ingreso, se veían obligadas a realizar más kilómetros o tomar medidas drásticas en lo que refiere a la conducción del vehículo, cuando por los ingresos que estaban abiertos no había ningún tipo de control. De esa manera la medida se torna más tribunera que práctica. Eso hace que la gente se ofusque aún más por un montón de otras situaciones. Se trata de ejercer un control y no de prohibir el tránsito. Es un control un tanto laxo. Si bien se copiaron cosas de otros países, acá no se hizo un entrecruzamiento de lo que son los datos migratorios o las tarjetas de crédito de las personas para establecer si eran provenientes de un país de riesgo o no y obligarlos a hacer la cuarentena.

–¿Cómo ves el número de casos que se difunde según tu óptica de profesor de estadística?
–Otro gran tema es la cantidad de casos que tenemos, si realmente son los que hoy están en el país. Pensemos que está centralizado todo en la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud Dr. Carlos Malbrán, que realiza unas 150 pruebas por día. Hay muchas personas que llevan más de cuatro días de espera cuando en teoría no debería pasar más de uno, se ha hecho un cuello de botella por esto de no descentralizar y tener más espacios donde se puedan realizar los test de determinación de la enfermedad.