La otra cara de la temporada

El vaso lleno o vacío: según se mire, cada uno puede subjetivar como le parezca el desarrollo de la actual temporada. La idea no es buscar culpables sino causas y sopesar los agravantes, que sí pueden tener responsables.

Ya casi a mediados de enero, y mientras en los medios nacionales el secretario de Turismo habla de un Pinamar estallado de gente, desde los sectores productivos del turismo pinamarense es otra la cara que se muestra.

Esta semana, la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica (AEHG) solicitó reunión con los concejales para llevarles números y ejemplos concretos de la realidad que están viviendo, a instancias de la idea que estaría circulando de reducirle al sector el descuento existente de un 30% (en caso de estar al día), llevándolo a un 10%. La inquietud que la noticia generó, tanto en los hoteleros como en los gastronómicos fue generalizada. Según explicó el secretario de la AEHG, Ignacio Serra, la idea de la reunión solicitada era transmitirles a los concejales la realidad del sector, que las tarifas se establecieron en octubre y noviembre, porque esa es la época en la que se empiezan a vender las plazas, y los aumentos de tasas se concretaron en diciembre y enero, lo que impide trasladar esos incrementos a las tarifas, y van a pérdida.

Desde el sector, se aclaró que se trata de un esfuerzo compartido entre todos los actores de la comunidad; que se vislumbra un año complicado, que viene tras dos temporadas muy malas, por lo que, tristemente, se conforman con “dejar de caer”.

Según la información recabada por la AEHG, que realiza encuestas semanales en todo el sector hotelero, los hospedajes de una y dos estrellas están complicados; los hoteles de tres y cuatro no estarían mucho mejor, ya que alcanzan un 50% entre semana, trepando a un 70% los fines de semana. “Uno se prepara para tener los hoteles, los restaurantes completos y la realidad que nos están marcando es que el mercado tiende a la baja”, aclaraba Serra.

Otra de las cuestiones planteadas por los representantes de la AEHG es que algunos plantean cerrar en el invierno, y que, si bien pueden parecer medidas extorsivas, lo concreto es que no pueden sostener los gastos. Incluso, para algunos, es importante poder sostener la mano de obra contratada hasta el final de la temporada, porque la pasada tuvieron que despedir a gente al finalizar el mes de enero. “Entre semana están vacíos los salones, pero hay que dejar abierto, con luces prendidas, calefaccionado; se suman muchas variantes [por las] que, cuando vas al resultado final, no conviene dejar abierto. No se quieren tomar decisiones equivocadas, ni cerrar, ni dejar a la gente sin trabajo, pero a veces es necesario”, recalcaba.

Aún esperanzados porque este año hay fines de semana largos todos los meses, los representantes de la AEHG explicaron que la idea fue mostrarles un panorama verdadero a los concejales, no imponerles nada, pero sí pedirles que se pusieran en el lugar de los comerciantes; por eso llevaron cosas concretas, con números precisos: “Queremos ser escuchados y que después tomen la decisión en base a lo que escucharon”.

En la playa, las cosas no están mejor

Además de la cuestión de la cantidad de plazas ocupadas, como les sucede a los hoteleros, los empresarios del sector de la playa sufren el hecho de haber pasado por una transformación enorme, que los dejó, en su mayoría, endeudados y con las falencias de infraestructura que no se llegaron a hacer.

A María Laura Viotti, de Tortugas al golf, se le volvió a llenar de agua el frente del balneario, porque aún no se terminaron los pluviales.

En los dos últimos años desde que comenzaron a renovar los balnearios, la zona en la que se ubica el suyo fue acumulando agua, pero no con la magnitud que se está produciendo ahora cada vez que llueve. El agua busca una salida, y dado que la Av. del Mar está cada vez más baja hacia la orilla, se dirige hacia su balneario. El año pasado se metió en el estacionamiento, socavando los pilares y bajó los pilotes del balneario. En la actualidad, para evitar que suceda algo igual y prevenir una desgracia, en medio de la temporada, tuvo que acumular tierra y arena, junto a pedazos de quebracho.

Tras denunciarlo en las redes sociales, Viotti presentará una nota en la Municipalidad, porque necesita una respuesta urgente: más allá del daño estructural, que no es menor, en plena temporada perdió a mucho público que, al no poder entrar, por el agua, o al observar que estaba tapado de agua el acceso, eligió otros lugares para hacer base.

“Entiendo que hay que hacer los pluviales según la Ordenanza 4442/14 y las recomendaciones del OPDS, al menos seis meses antes de avanzar con las construcciones. Son necesarias. Antes teníamos un espacio público entre Perico y nosotros y por ahí se iba el agua, pero ahora no hay lugar, y por eso el agua busca salir por los balnearios”, afirmaba la titular de Tortugas al golf.

Ya no es tan sencillo vender solo bosque y playa. Ya no alcanza con el paisaje natural. Cada vez es más difícil atrapar al público ABC1 característico de Pinamar; pero, si además no mostramos nuestra mejor cara, la cosa se complica un poco más. Más allá de los flashes y las fotos para las revistas, trascendiendo los carteles para las selfies, debemos encarar la temporada con responsabilidad. Desde el sector privado, sí, claramente; pero desde el Estado, también.