La parroquia lleva a casa la Eucaristía y las bendiciones

Enviado por el equipo de comunicación de la parroquia Ntra. Sra. de la Paz

El próximo es el tercer domingo de Pascua, y desde la Resurrección el espíritu de Jesús se revela cada vez más a sus discípulos, como narra el evangelista San Lucas que sucede cuando se encuentra con dos de ellos en camino a Emaús, cerca de Jerusalén, y les abre los corazones a los pasajes mesiánicos que se refieren a Él en las Escrituras.

Al explicárselas, lo mismo que la liturgia de la Eucaristía cuando parte el pan para compartirlo con ellos en la cena y darse a conocer, establece el formato de la Misa que celebramos hoy en día, aunque la cuarentena por el coronavirus haya obligado a la Iglesia a virtualizar la Eucaristía y que los curas celebren el oficio religioso por internet.

La comunión debe concretarse simbólicamente, sin que se pueda recibir la verdadera presencia de Jesús, Cuerpo y Sangre, Alma y Divinidad, aunque sí a través de la pantalla es posible encontrar a nuestro Señor y Salvador Resucitado asistiendo a la Exposición y Bendición Eucarística.

Nuestra parroquia sistematizó el contacto a través de la red social Facebook mediante las transmisiones en vivo que efectúa el padre Marcelo Panebianco de lunes a viernes a las 18.30, los sábados a las 9 y los domingos a las 11.30, para cuyo cumplimiento debieron zanjarse los inconvenientes técnicos que trajo aparejada esta nueva experiencia tecnológica.

El acercamiento de la Palabra a los hogares que reúnen a los miembros de la comunidad replegados en el confinamiento dispuesto por las autoridades para prevenir contagios masivos cubre una necesidad de encuentro espiritual, en momentos en que la incertidumbre que aguarda afuera en torno de la oferta laboral y las posibilidades de generar ingresos angustia a la población, especialmente a los más pobres y vulnerables.

No son fáciles de sobrellevar estos tiempos con integridad emocional, por lo que la presencia de la parroquia llegando a cada una de las casas asume el preponderante rol de mantener viva la llama de la fe, mientras las acechanzas de la inactividad y del temor a la enfermedad y la muerte comparten los circunstanciales claustros domiciliarios.

Así como en Mar del Plata, el equipo de Pastoral de la Salud,
#mascomprometidaquenunca, concurrió a la capilla del hospital a bendecir en esta etapa de pandemia a un grupo de médicos, enfermeras y personal de seguridad, en Pinamar también se lleva a cabo el acompañamiento religioso a la lucha cotidiana que se libra en el nosocomio municipal.