La preservación del médano entre las medidas del ejecutivo

Vuelven los trabajos de enquinchado, biodigestores amigables con el recurso del acuífero y un manejo austero del vivero, sin dejar de lado el buen gusto y el estilo que siempre ha distinguido a Pinamar.

Más allá de la cuarentena, la vida continúa y desde la secretaría de Paisaje y Medio Ambiente, su titular María Samanta Anguiano, reconoce la identificación con la tarea asignada y la orientación que se le brinda cordón medanoso por parte de su equipo en aras de trabajar las zonas afectadas y lograr mejoras año tras año.

Una de las claves del trabajo son los enquinchados que siempre han demostrado su eficacia: “Es una medida de mitigación contra el cambio climático que Pinamar no puede dejar de lado y la verdad que la respuesta tanto ambiental como social fue mucho mejor que la esperada entonces hay que seguir, y ahí está Fabián De la Serna a la cabeza junto a los chicos de seguridad en playa realmente haciendo un trabajo maravilloso, la gente de carpintería preparando las trampas de arena, te diría que lo más importante de estos trabajos es que no se notan, no se ven, pero son los que trae mejores resultados largo placistas”, dijo la funcionaria al referirse a los trabajos de enquinchado que se están realizando.

El viejo recurso natural se alterna con la nueva tecnología, con soluciones innovadores, en un claro entendimiento de verificar que cosas están bien y cuáles no, sean modernas o tradicionales.

Por otro lado, en ocasión de anunciar un paquete de medidas económicas, el intendente Martín Yeza habló de biodigestores.

Sobre su implementación la funcionaria dijo: “Esto no es algo novedoso en cuanto al funcionamiento del sistema que combina una serie de microorganismos aerobios y anaerobios que trabajan todo lo que sería contaminante para la napa, como la materia fecal, lo sintetizan en sus pequeños organismos, donde sintetizar quiere decir desdoblar, volverlo en componentes menos tóxicos. Así es como el agua vuelve con otro grado de limpieza a la napa, de volver tal cual lo tomaste, vos tomás un agua pura y buena y devolverla buena en el lugar donde se extrajo, es fundamental si queremos cuidar el acuífero de Pinamar porque no es un recurso infinito depende de las lluvias y porque esta secretaría que tengo la suerte de comandar honra por sobre todas las cosas los principios ambientales y esos principios tienen que ver que, mínimamente es responsabilidad de todos, no es pura y exclusivamente del estado, mínimamente de cada uno de los habitantes de Pinamar, entonces cuando se vienen a quejar porque “este contamina” es responsabilidad de todos porque después cuando el recurso que no es infinito, es finito, devuelve algo que afecta a las generaciones futuras ahí el lio es de todos, pero la solución también es de todos”.

En ese punto Samanta pone en valor el hecho de que hay un trabajo en conjunto: “Es un lindo proyecto que se está trabajando con los legisladores, ellos sabrán la parte que les compete, porque no todo me compete a mí, están trabajando muy entusiasmados todos porque cuando se trata de cuestiones preventivas, precautorias que tienen que ver con el medio ambiente hay menos diferencias y se trabaja desde un lugar más… humano, desde el buen sentido”.

Este proyecto de ordenanza surge más que nada por los grandes generadores, que en el paso intermedio hasta que Pinamar cuente con su propia planta de efluentes cloacales necesitamos hacer una pausa y mejorar los procesos.

En este sobrevolar de temas no quedó afuera referirse al vivero municipal, acerca de ello la funcionaria dijo: “Poner flores es lo más fácil, tenés que tener plata y ponés flores, nosotros lo que estamos generando es un cambio de paradigma y tiene que ver con usar especies que no solamente se hayan naturalizado en Pinamar sino con especies que no tienen un requerimiento de mantenimiento excesivo porque no tenemos los recursos y no hablo solo de la economía, cuando en ambiente se habla de economía circular se habla de esto, digo: si, divino, llenaste el frente de un hotel de alegrías del hogar pero eso lleva una cantidad de agua infernal y un mantenimiento insostenible en el tiempo, entonces el espacio público no requiere de una sobredosis de personal, de más máquinas gastando nafta, requiere un cambio de paradigma inteligente que implique que el espacio público esté en función del disfrute y no de la eterna cortada de pasto”.