Los cuatriciclos, además, impactan en nuestro entorno

Según estudios realizados, el tránsito vehicular perjudica el suelo y nuestra reserva acuífera al compactar la superficie y reducir la permeabilidad a las lluvias del suelo costero.

La presidente de la Fundación Ecológica Pinamar (FEP), técnica oceánica Jennifer Pezzo, dio su opinión con relación a uno de los temas de este verano: la circulación por la playa y los médanos de cuatriciclos, UTV y camionetas 4x4. Si bien percibe por parte de las autoridades un poco de atención, la presidente entiende que pareciera que los funcionarios consideran que, si se prohibieran, Pinamar se quedaría sin turismo.

Por más esfuerzos que realice la entidad, es poco el reconocimiento de las autoridades, tanto del Ejecutivo como del Legislativo. Con respecto a este último, un proyecto de ordenanza que apunta a proteger el cordón medanoso duerme el sueño de los justos.

“Esa siempre fue la visión de unos cuantos, inclusive de muchos que se han criado acá, que han vivido con los cuatriciclos, que han vivido esa libertad que terminó convirtiéndose en libertinaje. Y que no lo ven así, y que ven que eso atrae al turismo pero tenemos que poner un poco en la balanza y preguntarnos ¿en detrimento de nuestro ambiente? No solamente perjudican a la zona con contaminación, daño de flora y fauna, sino con la compactación del suelo. Pensemos que nosotros vivimos de la filtración de agua de lluvia. Si nosotros compactamos, cada vez más, el suelo más que nada en los lugares que más se infiltra porque no tenemos urbanización, nos vamos a ir quedando, poco a poco, sin agua”, describe.

Un dato que refuerza lo dicho por Pezzo es que está demostrado que un solo cuatriciclo que recorre, por día, ocho kilómetros impacta en un área de mil metros cuadrados y un vehículo 4x4 afecta igual superficie con solo recorrer dos kilómetros y medio.

“Calculemos cómo se está compactando toda esa zona que fue declarada por un informe que hizo el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), hace más de quince años, como la zona de reservorio de agua dulce más pura que tiene la provincia de Buenos Aires. Ahora ya no sé si se puede decir lo mismo”, reflexiona.

El sector que ocupa la fundación, al norte del partido, recibe a muchos visitantes por verano y es víctima de destrozos y robos que apuntan a evitar la sobrevida del emprendimiento.

“Hace unos años vinieron técnicos del Conicet acompañados por una bióloga marina para hacer un relevamiento sobre los ostreros, que son esas aves mayormente negras con el pico naranja y que se alimentan principalmente de berberechos, que son muy parecidos a los teros y viven en pareja. Lo que descubrí con esta gente son los nidos que construyen allí, vi que no los hacen sino que ponen huevos sin cáscara que se mimetizan con la arena y que no se perciben a simple vista”, recuerda.

Durante esa experiencia pudo determinar que, de la determinación de una cantidad de huevos, solo quedaban unos pocos, ya que el resto era aplastado por los vehículos que circulaban por la playa.

Por eso es tan importante una ley que proteja el primer cordón medanoso, porque, además, está fijo, favorece el arraigo de la vegetación y nos protege de las tormentas. Pero todo se puede hacer realidad a partir de una norma eficaz. Dentro del anhelo proteccionista está el Eco Museo, que no recibe el apoyo que debería, por la función que cumple.