Más incógnitas que certezas

Así se plantea la futura temporada para el presidente de la Cámara de Turismo de Cariló que entiende que la oferta tiene que reducir los riesgos de contagio cumpliendo con las especificaciones necesarias. El cuidado de la salud se vuelve un argumento de peso a la hora de convocar al turismo.

El presidente de la Cámara de Turismo de Cariló, Ignacio Cattáneo brindó su visión acerca de la actualidad que no es la mejor para los municipios costeros que viven la pandemia en baja temporada. En relación a la afluencia de público, según su parecer al estar cerradas las posibilidades de albergue (hoteleros, aparts y departamentos) el centro comercial no revive en su actividad.

“Sí, se abrieron algunos locales de indumentaria, abrí mi negocio este fin de semana pero la verdad que ingresó una sola persona, hay propietarios no residentes y propietarios en Cariló pero eso no hace la masa crítica para un comercio, la verdad que está complicado, necesitamos un poco más, tenemos muchas casas en Cariló, propietarios, que quieren venir a hacer la cuarentena, la verdad pensar alguna alternativa porque al comercio se le está haciendo muy difícil, en la gastronomía abrieron algunos, le fue bien pero para zafar ahí, los costos se dispararon mucho, el gas, la luz, comercialmente te preguntas qué estás haciendo, porque también todos estamos cuidando nuestro bolsillo y tampoco podés cobrar mucho”, argumenta.

Bajo estas circunstancias y dado que preside una institución representativa del quehacer de Cariló se pregunta qué va a pasar con la temporada y hasta duda de su existencia. La segunda incógnita que se plantea es si va a haber o no turismo.

“Yo espero que sí, ansío que sí y después como los vamos a atender, como van a ser los protocolos y como van a ser las ventas y si podemos acompañar la inflación que todos estamos teniendo, esas son las preguntas que uno se hace. Tenés que estar preparado y todo es inversión, desde un alcohol en gel que nos pasa a todos hasta un trapo, todas las cosas que están pidiendo, el termómetro digital, vale 10.000 pesos y hay algunos que no están preparados para solventar esto, los gastronómicos que abrieron este fin de semana tuvieron que invertir 50.000 pesos para abrir, y es una inversión y cuantos comensales tengo, cuanto les cobro, el tema del persona, el margen es muy chico, ojalá esté la emergencia turística que estamos pidiendo, el apoyo a la Municipalidad para que pueda solventar y proponer cosas positivas para nuestro pueblo, de publicidad para traer gente porque la gente también va a tener miedo”, anhela.

Cattáneo entiende que vamos a tener que tener una oferta que reduzca al mínimo los riesgos de contagio y que bajo esas circunstancias las exigencias tienen que ser parejas para no ser injustos y dejar que quienes no cumplen trabajen.