“Me dieron amplias libertades para poder trabajar”

La Dirección de Fiscalización y el área de Bromatología viven una nueva etapa de organización, asegura el titular. Si bien esta vocación comienza con la asunción del actual director, se ha visto potenciada con el cambio de secretario de Gobierno.

El abogado Lucas Rodríguez le ha conferido su impronta a la dependencia. Hacia adentro apunta al orden y a la capacitación. Con relación a su tarea específica, externamente, trabaja en optimizar los controles propios de su dirección.

–¿Percibís que se han logrado cambios desde tu llegada?
–La verdad que sí. Estamos trabajando desde noviembre. Tuvimos una muy buena temporada en un área que es bastante sensible, como Fiscalización. Bromatología es diferente porque viene ordenado desde hace un tiempo. Así que por suerte los cambios se reconocen como positivos. Estamos contentos con lo que venimos realizando.

–Es un área difícil. ¿Han limitado de alguna manera tu accionar desde que estás en el cargo?
–Nos sentimos muy cómodos. Yo llegué de la mano del doctor Alberto Lamarque, el subsecretario de Inspecciones Generales, y la verdad que nos han abierto las puertas y nos han dado amplia libertad para poder trabajar, y hoy, con el cambio del secretario de Gobierno, nos sentimos muy cómodos, sinceramente; para la forma de trabajo que tenemos es muy conveniente y muy positiva la modificación. Es la primera vez desde que existe Fiscalización que hay estadísticas, datos concretos, duros y precisos, para poder empezar a atrabajar y poder empezar a trabajar desde raíz. Duros por la precisión.

–¿Qué se está haciendo en relación a los pluviales de Valeria?
–Esto viene por una denuncia que hubo cuando reventaron unos pluviales en Valeria del Mar. Empezamos a trabajar en conjunto. Le corresponde a Servicios Urbanos pero con el ingeniero Javier Mendía trabajamos muy bien en conjunto y colaboramos mucho mutuamente. Hicimos toda la parte de notificaciones. El pluvial pasa por la calle Robinson y desemboca atrás de la línea de los primeros médanos que hay. Hicimos todas las notificaciones de todos los frentistas de la calle Robinson. Era un trabajo muy arduo porque para poder determinar quiénes son los infractores había que levantar toda la calle, dejar todo el caño pluvial descubierto. Un trabajo muy grande, con muchos recursos económicos y muchas horas. Hasta ahora hemos detectado varios presuntos infractores. Digo “presuntos” porque estamos en la etapa de infraccionar a los posibles responsables; tienen su derecho de defensa, como corresponde, pero hay varios frentistas que han conectado su red cloacal, y algunos, las piletas de sus casas, por ejemplo.

–¿Se ha podido detectar si las infracciones son contemporáneas con la realización de la obra, de manera tal de determinar responsabilidades?
–Desde mi punto de vista ha sido en el momento cuando se realizó la obra de pluviales; ha sido una conexión realizada con conocimiento del que ha intervenido en ese momento. Hubo que levantar una calle para poder ver las conexiones que había.

–¿Tenés una idea de cuánto le cuesta a Pinamar hacer esta tarea?
–Fue algo que insumió muchos recursos y horas-hombre, una retroexcavadora que tuvimos que alquilar. Fueron más de 300 metros hasta la última cámara y no todas las conexiones estaban hechas en las cámaras. Hubiera sido más sencillo si se levantaban las tapas de las cámaras y se veían las conexiones, pero había otras que estaban hechas de otra manera. Desconozco el costo para el Municipio pero estamos trabajando con la ley de medio ambiente, que nos permite graduar la sanción de acuerdo a la condición económica y el perjuicio ocasionado por el infractor.

–¿Qué sanción merece quien ha hecho tal infracción?
–Tenemos que determinar varias cosas. Si bien es ilegal y corresponde la infracción, va a graduarse según el tipo de desagüe que tiene: algunos tienen cloacales; otros, de piletas; otros que tienen para desagotar sótanos porque las calles son bajas; hay un amplio margen. Más allá de eso, hay una denuncia penal, una causa penal. La hicieron en contra de algunos funcionarios. Está a cargo de policía ecológica y vino la Autoridad del Agua a tomar la muestra. Eso todavía no está. La denuncia salió desde el HCD en su momento, del bloque del Frente para la Victoria – La Cámpora, pero nosotros obviamente pusimos a disposición todo lo necesario.

–Una vez determinados los responsables ¿piensan en hacer públicos los nombres de los infractores?
–Estamos en una etapa donde estamos comprobando las supuestas infracciones. Todavía no se puede dar los nombres; seguramente en algún momento se van a hacer públicos. Lo que pasa es que, hoy por hoy, se está en la etapa de determinación del infractor. Hay conexiones que vienen de muchos años, ha cambiado la titularidad de los inmuebles y hoy hay un responsable que es posible que no sea el que haya pagado la conexión.

–¿Tiene conciencia de que se está realizando una tarea que no era frecuente en otros tiempos?
–Claro. Me dieron amplias libertades para poder trabajar y llevar adelante una idea de trabajo que teníamos. Yo, principalmente, lo que hice fue ordenar administrativamente el área. No contaba con tantos recursos económicos; sí de capital humano, entonces volcamos nuestro conocimiento, pocos o muchos, a la organización administrativa del área, que para mí es fundamental. Esa organización nos permite empezar a trabajar en la modificación de normativa, con la llegada del licenciado Yeannes […] Puede ser que porque coincidimos más con nuestras formas de trabajo: él es bastante más práctico; eso nos aliviana mucho y nos saca burocracia del camino, y ahora tenemos a disposición un montón de recursos con los que antes no contábamos.