La obra debía finalizar en el 2019 y desde el Ejecutivo argumentaron que la empresa “excedió plazos e incumplió sistemáticamente órdenes de servicio labradas por el Inspector municipal de obra”.
La municipalidad de Pinamar rescindió el contrato de la empresa que estaba a cargo de la constricción del Centro Cultural de Ostende -que está paralizada desde el 2019- a través de un decreto que fue suscrito por el intendente Martín Yeza.
La obra fue adjudicada por el municipio a la empresa Obracer en marzo del 2018 y tenía un plazo d ejecución por 6 meses, pero finalmente el intendente Yeza procedió a la rescisión del contrato debido a que “la empresa adjudicataria excedió plazos e incumplió sistemáticamente órdenes de servicio labradas por el Inspector municipal de obra”.
Es que la empresa obtuvo en marzo del 2019 otra extensión del plazo de entrega -ya que debía ser finalizada en abril de ese año-, pero al cabo de esa fecha tampoco se habían registrado un avance alguno.
La obra -fijada con un presupuesto oficial de 10 millones de pesos -también había obtenido una ampliación presupuestaria por casi 2 millones de pesos.
En decreto aseguran que resultará “conveniente y oportuno tolerar demoras e inconvenientes en aras a la mejor consecución del objetivo”, ya que hubo “mala ejecución de las estructuras reticuladas en el techo del SUM y corre peligro de derrumbe”.
En mayo de este año, desde el Concejo Deliberante la oposición impulsó un proyecto para pedir explicaciones por “el estado de abandono de la obra”. “La intención es ponernos al día sobre los sucedido con la obra, que se está bandalizando y corre peligro de usurpación”, había expresado la concejal de Unidad Ciudadana Marcela Uhrig.
Desde el municipio tomaron posesión de la obra, e inmediatamente se instruyó a la Asesoría Letrada a iniciar los procedimientos para ejecutar las garantías correspondientes.