El evento se desarrollará este domingo 15 de agosto a partir de las 13 en la sede de la asociación civil Ayudar Nos Hace Bien, ubicada en la calle Eneas y Martín Pescador.
La asociación civil Ayudar Nos Hace Bien festejará este domingo el regreso de la fiesta presencial por el Día del Niño en Pinamar. Tras un año de eventos virtuales producto de la pandemia, en esta décima edición se realizarán actividades recreativas, entregarán premios e invitarán chocolate caliente a quien participen de uno de los eventos más grandes de la ciudad.
El acontecimiento se desarrollará este domingo 15 de agosto a partir de las 13 en la sede de la ONG, ubicada en la calle Eneas y Martín Pescador. Esta edición contará con el apoyo del Club Pinamar, como lo había hecho en la primera edición multitudinaria realizada en el 2012.
“Contaremos con la colaboración de los Veteranos de Guerra, los Scout y los Bomberos voluntarios que están en cada edición. Además, la ayuda continua de panaderías y supermercados que aportan para la merienda de los chicos”, agradeció Diego Cáceres, referente de la organización civil.
“Los Veteranos de Guerra harán la chocolatada y los Scouts repartirán las medialunas. Pensamos en muchas actividades que realizaremos en conjunto con el Club Pinamar para que los chicos pasen una buena tarde. Habrá actividades con los profes, fútbol tenis, torneo de penales y la búsqueda del tesoro como siempre”, adelantó Cáceres.
Además, reveló que habrá un torneo de strike 360 y que serán 3 horas intensas de actividades recreativas que estarán dispuestas en la vera de la sede. “No queremos adelantar todas las propuestas porque queremos sorprender en el momento a los que se acerquen y participen”, añadió.
“Nuestro festejo número 10 será muy emotivos, y será un momento para agradecer a todas las instituciones y personas que ayudan, las empresas que están colaborando con los productos que les daremos a los niños, y a los medios de comunicación que aportan para que más personas lo disfruten desde sus casas”, afirmó Cáceres.
“Cuando recordamos el camino recorrido es impresionante. En el 2012 fueron 6 meses de trabajos para hacer la fiesta. El sábado previo llovió mucho; a nosotros se nos caían las lágrimas porque se nos venía todo el esfuerzo abajo, pero al otro día salió el sol y parecía verano. Fue como una bendición. Y a partir de allí no paramos, y siempre la idea es que los chicos no olviden los juegos que jugábamos nosotros”, finalizó.