Ser y pertenecer, las claves de la credibilidad

El abogado analiza el panorama político y destaca la territorialidad como un elemento a tener en cuenta a la hora de elegir, de confiar el voto a un candidato en las urnas.

El concejal de Cambiemos Lucas Ventoso se refirió a la campaña electoral y a su visión acerca de sus particularidades que la vuelven diferente.

A Ventoso la coyuntura lo asombra: “Es muy curioso lo que ha hecho Aníbal Fernández y toda la gente que lo mantiene como figura nacional y es que todos los políticos se basan en algo fundamental, como es la territorialidad, algo que, puntualmente, al Pro, por ser un partido nuevo con asentamiento en Capital Federal, le costaba extenderse a otros lugares del territorio del país. El Pro intentó una estrategia distinta por una cuestión lógica, motivada por no tener mucho tiempo en el país. Era un partido joven, cuando el partido radical tiene mucho más de cien años y es lógico que se haya extendido por todo el país. Digo todo esto porque Aníbal Fernández representa toda una impronta de hacer política de cercanía, del político en la calle, la impronta de volver a esos viejos valores de la política histórica de caminar la calle, la territorialidad política. Ahora Aníbal, que parece decir todo esto, viene a Pinamar y hace todo lo contrario. Lo traen como un paracaidista, como una figura de un enorme peso político, alguien que en la sociedad es visto como un showman. Él llega a todas las casas de este país a través de la televisión. Así es como lo vemos a Aníbal. Es como un personaje, como que venga Tinelli a Pinamar y la gente se acercara a verlo de lejos y, de cholulos, ver qué tan alto es. Y con Aníbal me parece que pasa algo muy parecido. Ahora uno no puede usar, siendo un político y siendo un dirigente, esa cualidad de showman para venir y desplazar la territorialidad de sus propios militantes y meterse él, porque termina siendo eso. Llega a Pinamar como podría haber llegado a General Dorrego o Macachin, en La Pampa, y el tipo puentea todas las cualidades que requiere ser un elemento partidario…”.

–¿Por qué no decir ‘al tipo le permiten…’?
–Es que no le permiten y por eso tiene cuatro internas. Hay una resistencia lógica del espacio; es más, uno hasta se solidariza internamente, donde hay muchos amigos míos a quienes les cae una persona con este peso político, puesto así, y trata de tirar a la basura todo lo que se viene trabajando en la territorialidad con la política, y él viene como un dirigente showman a reemplazar todos esos valores. Entonces llega así y toda la localía territorial de su espacio político es ninguneada e incluso dice, porque es muy provocador en este rol de talk show que tiene, ‘a mí me llama Cristina, me tomo el Plusmar y me vuelvo’. Y pensemos en el militante local. ¿Cómo se siente? ‘Yo levanté tu bandera durante veinte años, venís vos, no sé de dónde saliste y me decís que si te llaman te volvés. ¿Nosotros en qué estamos?... En un juego’.

–¿Qué genera la permanencia, el ser de un lugar?
–Lo que te da permanecer en un lugar es el conocimiento de quién sos. Tu aval en la política es tu pasado. La carta de presentación de cualquier político es su pasado y, si no, ¿qué va a vender? No tiene nada. Se trata, literalmente, de un candidato todoterreno. Cayó en Pinamar, como pudo haber caído en San Martín de los Andes, en Las Armas o en General Dorrego. Lo que también es grave al espacio es que usa también referentes nacionales de su propio espacio para que vengan a apuntalarlo acá en desmedro a los propios dirigentes locales. ¿Qué hacemos con esa gente? ¿Hacemos que se vaya y cuando él se vuelva decirle que tiene que volver?

–¿Este fenómeno puede darse en la UCR?
–El radicalismo, si algo tiene como cualidad fundamental, que no tiene ningún otro partido del país, es que tiene un comité en cada pueblo porque tiene territorialidad y ésta se defiende con personas, con dirigentes a quienes hay que respetar. Hay que mantener la cercanía del dirigente político con el vecino.

–¿Cómo ves la postura de Augusto Urrizola en este panorama?
–Yo no lo entiendo muy bien, porque trata de defender lo que se hizo bien pero lo hace desde otro espacio alternativo que, en vez de construir y cimentar lo que se hace bien, lo pone en riesgo porque compite con lo que se hace bien con una alternativa que es él mismo, con lo cual lo que se hace bien en vez de apuntalarlo lo tira abajo para ponerse él en el lugar. Cuando quien ejerce el poder lleva adelante cosas con las que uno está de acuerdo tenés que fortalecer ese espacio para que se sigan haciendo esas cosas. Ésa es la política local, lo otro es sanata. Lo otro es pelearse por el poder, por la silla, yo creo que él va por la silla y no por las obras. Evidentemente desea el poder y ejercerlo, si no, no haría lo que está haciendo.

–Aunque no se relaciona con el panorama electoral, un tema de singular importancia es el pasaje estudiantil y su implementación, un reclamo que hacen quienes estudian en Madariaga. ¿En qué situación está este tema?
–En el Concejo se observa un manejo un tanto demagógico del kirchnerismo para exigirle y eso es un tanto gracioso, porque la concejal Marcela Uhrig llevaba un proyecto donde se manifestaban deseos de que el intendente denuncie a la gobernadora por la no aplicación del boleto estudiantil provincial y, de esa forma, tratan de ponerle al intendente una obligación que no tiene. Lo aclaré en sesión, que no tiene obligación. Ningún intendente local puede reglamentar el boleto a Madariaga. El que me dice eso tiene mucha mala fe o quiere mentirle a la gente o está loco porque Pinamar termina su competencia en la Ruta 11.