Toni Puig dejó su marca

Como lo ocurrió la primera vez, el catalán hizo gala de un histrionismo y un conocimiento propios de un expositor con experiencia, al que cautivar al público no le requiere un mayor esfuerzo. El experto dejó las claves para generar un cambio ante una audiencia ávida de nuevos conocimientos.

Toni Puig, el creador de la marca ciudad en Barcelona, visitó por segunda vez el Partido de Pinamar aunque, a diferencia de la primera, ocurrida en el Teatro de la Torre, esta nueva presencia fue en el hotel Ville Saint Germain, de Cariló, en la tarde del sábado pasado. Con su particular frescura arrancó sonrisas y mecanizó pensamientos de los asistentes al coqueto complejo.

Consultado acerca de la presencia de Puig, el intendente, Martín Yeza, quien compartió la charla, manifestó: “Lo más importante es que Toni lo hizo. No nos viene a contar nada que no haya hecho. Ésa es la diferencia fundamental que podríamos llegar a tener incluso sobre cualquier cosa que podríamos llegar a pensar nosotros. Nosotros podemos tener buenas ideas, nos pueden parecer que son lógicas pero en muchos casos no las hemos hecho y creo que esa diferencia es fundamental. A Toni lo he leído antes de ser intendente y es una de las personas que me motivó para serlo; es una persona muy persuasiva, que, si te gusta la política, el trabajo más apasionado que puede existir es ser alcalde o intendente y realmente muchos de los conceptos, y quizá el más importante, porque es más una consigna que otra cosa, es que las ciudades inevitablemente, y los equipos que lideran a una ciudad, necesitamos desafíos que nos superen y cuando empezamos a sentir que nos acercamos a la concreción de ese desafío es porque hay que volver a patear el avispero. En algunas cosas creo que hemos avanzado pero sentí en estos últimos meses que una parte del equipo de la Municipalidad se estaba acercando mucho a los desafíos iniciales que nos habíamos planteado y que eso era peligroso porque faltan muchas cosas aún”.

Es evidente que los principios enarbolados por Puig son merecedores de varias lecturas. Una de ellas es que las soluciones llegan de la mano de los equipos de trabajo, de la sumatoria de cada uno de los que discrepan, los que coinciden, los que se oponen a ultranza, todos en un mismo proyecto; y, por supuesto, proyectar a futuro por lo menos a seis años.

“Ustedes tienen un gen raro, que tienen que extirpar, que es el híper individualismo, y, además, piensan que lo saben todo; a lo mejor sí, pero cuando trabajas en lo público esto no sirve, en una empresa tampoco; en lo público tienes que escuchar a los ciudadanos, tener un equipo de diferentes, de gente valiosa, y tienen que poder presentar las ideas cada uno, discutirlas y, la palabra clave, sumar, sumar desde las diferencias para la ciudad que queremos, ya que ustedes están avanzando. Yo siempre digo lo mismo: el argentino personal es súper creativo y me encanta él o ella, estar con él o ella para que me cuente cosas y me pasaría una velada y dos días; cuando son tres, se discute para cualquier cosa; es bueno discutir pero también es bueno consensuar porque si no la ciudad no avanza. La única razón es si construimos ciudad con los ciudadanos; ésa es la razón y lo que nos junta”, aseguró el experto.

Puig entiende que una condición es la pluralidad, y que, si bien puede haber gente descontenta con las decisiones de gobierno, la mayoría no lo está. La colaboración de los ciudadanos es otra de las claves para avanzar juntos; de lo contrario, aquellos que están en contra de todo lo que se haga, no queriendo ver que esto mejora, “tienen que examinarse sobre si son ciudadanos o si son lobos. Ése es el gran tema”.

El intendente, además de coincidir, agrega: “Yo estoy de acuerdo en que en una ciudad debe haber pluralidad y que no a todos les va a gustar lo que está haciendo el equipo de gobierno, pero la mayoría sí, porque, en una ciudad, básicamente los ciudadanos tenemos que colaborar y eso es indispensable para avanzar juntos. Uno de los problemas de Pinamar, de los últimos quince años al menos, fue la sensación de que Pinamar ya no fue lo que era, con una mirada despectiva, y Pinamar ya no es lo que era para los turistas ni para los ciudadanos; y, en paralelo, se fueron acumulando problemas sin resolver, en paralelo de eso se nos fue destruyendo la autoestima entre representantes políticos, institucionales, que fueron dinamitando la confianza. Hay una película que dice que con cada amor que pasa el corazón se achica un poco más, y esto que dice Tony sobre los argentinos y los pinamarenses en particular tiene que ver con que tuvimos doce años muy turbulentos desde lo institucional y creo que lo más importante que nos deja Tony, más allá de virtudes y defectos que pueda tener el gobierno, es la sensación de que tenemos la obligación de diseñar la mejor Pinamar para los pinamarenses, como una manera diferente de atraer turismo, que es la industria que nos interesa desarrollar. El norte tiene que ser hacer lo que uno siente que corresponde y que eso surge del ejercicio de escucharnos entre todos nosotros, como pasó ayer, y entre todos empezamos a alcanzar conclusiones comunes. Todos terminamos con una conclusión que es muy obvia: si hacemos el mejor Pinamar para los pinamarenses, cualquier turista va a querer venir a ver ese Pinamar”.