Un 2 de Abril diferente pero no menos sentido

La conmemoración de este 2 de Abril, instaurado en la memoria colectiva como Día del veterano y de los caídos en la Guerra de Malvinas, tendrá el tinte de lo virtual, dadas las circunstancias, lo que no le resta emoción a la fecha. Esta vez el pueblo argentino enfrenta otra guerra y una nueva oportunidad de demostrar su solidaridad.

La fecha como expresan muchos de nuestros soldados es una experiencia donde convergen sentimientos encontrados que navegan entre la gratitud y el orgullo de un pueblo y la desidia de los gobiernos que recién en los últimos años parecen haber entendido los derechos que le asisten a quienes pusieron en peligro su vida y a los que la dejaron en suelo malvinense. Todo enmarcado en una situación donde Inglaterra nunca demostró la intención de negociar ni mucho menos de reconocer nuestros derechos sobre el archipiélago.

El conflicto armado no hizo más que reavivar la llama de un reclamo justo y no le dio un corte al reclamo de soberanía.

Es más el 4 de noviembre de 1982, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Resolución 37/9, en la que reiteraba que el modo de terminar con la situación colonial de Malvinas era la negociación bilateral para alcanzar una solución pacífica de la disputa de soberanía entre la Argentina y el Reino Unido.

No son pocas las adhesiones de otros países al reclamo argentino, aunque lamentablemente no hubo un acompañamiento por parte de los gobiernos de nuestro país que siempre manejaron el reclamo con excesiva tibieza.

El gobierno argentino tiene una dura tarea por delante para recomponer estos apoyos y procurar nuevos, una tarea complicada pero factible dado el nuevo orden de prioridades en la agenda política que se dio y que repone en primera línea la tarea de hacer de la Cuestión Malvinas una política de Estado.

A esta altura de la historia es ridículo que sobrevivan los colonialismos en la faz de la tierra.

La causa Malvinas no se reduce a la guerra de 1982, pero el conflicto armado es parte inseparable de su historia. Nuestros Veteranos de Guerra han ofrendado lo máximo que un ser humano puede ofrecer, son la memoria viva de esto.

Este 2 de abril es una fecha para recordarlos, agradecerles y homenajearlos, especialmente bajo estas circunstancias globales tan singulares y urgentes que nos toca enfrentar.

Pinamar no tendrá su clásica ceremonia honrando la memoria de los caídos y escuchando los mensajes de los que volvieron, no obstante ello el recuerdo se hace más latente.

Esta oportunidad será la primera vez en 26 años que no se realiza la tradicional vigilia en Ushuaia.

El único acto oficial fue un izamiento de la Bandera a las 8 de la mañana, en el edificio Libertador del que participaron el ministro de Defensa, Agustín Rossi, y los máximos jefes militares.