Una norma apunta a preservarnos de la contaminación sonora

Fue promulgada en la última sesión del Concejo y restringe el uso de escapes ruidosos. De naturaleza ecologista, otra ordenanza prohíbe el uso de sorbetes y vasos de plástico.

La concejal Alejandra Apolonio entiende que muchos de los proyectos que presenta obedecen a necesidades de la comunidad, a que en realidad se ha escuchado una queja o una inquietud de los vecinos. Por ende, la única forma de arribar a una solución, elaborar una respuesta, es a partir de promulgar una ordenanza. De ahí es que en base a protestas generalizadas se ha dispuesto evitar la contaminación sonora y que por una iniciativa de los ecologistas se ha dispuesto restringir el uso de sorbetes y vasos plásticos.

“El tema de la prohibición de los ruidos provenientes de caños de escape es motivo de innumerables quejas; es atendible el reclamo de los vecinos para que se le dé un fin a estos excesos. El Municipio necesita una norma para llevar adelante estos temas y secuestrar un rodado, de ser necesario. Por un lado, desde Cambiemos entendemos que puede haber gente que se enoje por considerar que hay una necesidad de promulgar normas más importantes pero también entendemos a aquellos que sí acompañan todo lo que es el cuidado del medio ambiente”, justifica.

Una adhesión en la fanpage de casi 800 “me gusta” le da la razón a la concejal en lo que se refiere a una aceptación generalizada de sus propuestas.

“Lo importante acá es pensar que lo que se hace es para mejorar a Pinamar. Son normas pequeñas, pero hace que en un futuro, desde lo que se refiere al medio ambiente, haya un Pinamar más cuidado, con una preservación más comprometida de nuestra fauna marina, en fin, una serie de medidas que apunten a dejarles a nuestros hijos el mejor Pinamar”, agrega.

Con relación a los escapes de los autos, el problema surge cuando se cambia el original por uno que se puede calificar como deportivo. El escape que viene de fábrica cumple con una serie de requisitos, hecho que no siempre ocurre con uno modificado que se usa en reemplazo; en ese caso, el usuario se está apartando de la norma homologada a nivel nacional. En estos casos, el vehículo en infracción se secuestra, y sólo puede ser retirado cuando el titular se presente con el escape original para ser colocado in situ por personal capacitado para ese fin. En la primera infracción, el caño de escape reemplazado será devuelto; pero, ante la reincidencia de la contravención, no ocurrirá lo mismo. En esta segunda oportunidad, el infractor deberá abonar una nueva multa, reemplazar el caño de escape en el lugar, como en caso anterior, y se le incautará el caño o expansor causante de los ruidos, que quedará a disposición del Ejecutivo. Será el juez de Faltas, en este caso el intendente, quien determinará el destino final del material secuestrado, una vez compactado.

“La norma va a empezar a regir a partir del 1 de julio de 2018, a partir del momento en que se promulgue, tras la reglamentación del Ejecutivo, comienza una campaña de difusión para que aquel que no tenga su vehículo en condiciones pueda, antes de salir a la calle, solucionar el problema. De acuerdo al tipo de vehículo, es la intensidad en decibeles que deberá emitir el vehículo en cuestión y ése va a ser el parámetro que le va a permitir a un rodado estar o no dentro de la norma”, señala la concejal.

La promoción de la nueva ordenanza se hará extensiva a talleres mecánicos y venta de motos, UTV y cuatriciclos, y afines.

Otra de las iniciativas votadas es la que limita el uso de sorbetes y vasos de plástico, y que sí permite la utilización de los mismos elementos, pero elaborados con materiales biodegradables.

“Nosotros no estamos solamente para generar normas que sólo nosotros queremos hacer. Acá hay que pensar en lo que quiere el vecino. El rol del concejal es ése: escuchar al vecino, facilitar el contacto con el Ejecutivo cuando es necesaria una solución. Muchas veces, para poder dar una respuesta acorde y definitiva la respuesta ante un pedido generalizado, se debe convertir en una norma”, recalca.

Tanto sorbetes como vasos de plásticos, se eliminan luego de muchísimos años. En muchos casos contaminan la playa y terminan en el estómago de las especies marinas. En este caso la ordenanza entra en vigor a partir del 1 de diciembre.