Una solución práctica y económica

Se trata de un proyecto que apunta a optimizar el rinde de los drenes evitando gastos de mantenimiento y el anegado de las calles.

El ingeniero civil Gabriel Amores, integrante de la Comisión Directiva de la Fundación Cariló, se refirió en un medio televisivo a la remediación de los problemas que se suscitan luego de las lluvias en las calles de la localidad, especialmente en la Avenida Divisadero.

Tal cual lo expresara oportunamente, el profesional tiene una propuesta de bajo costo para optimizar el funcionamiento de los drenes y, como consecuencia, favorecer el reintegro del agua de lluvia a la napa.

“El tipo de pavimento es bueno pero es impermeable, y el acuífero de Cariló necesita que toda el agua que cae vuelva al acuífero. Entonces yo hice una propuesta. Básicamente era hacer drenes profundos colocando piedras y, como veo que hay una cooperativa, que anda muy bien en lo que es reciclado, propongo incorporar botellas de plástico retorcidas y ahora estamos viendo también de colocar vidrio; de esa manera reducimos el costo de los drenes, aumentamos su eficiencia y esto va complementado con un dren superficial con una grilla de plástico que iría sobre el terreno con una pequeña capa de ripiado que puede tener una mezcla de ripio y conchilla. Ese material es drenante, no es un pavimento rígido. Totalmente permeable”, describe.

Amores cuenta que el Municipio ha hecho pozos de captación en las zonas bajas donde no había posibilidades de guiar el agua. Según su criterio, esta implementación necesita de un mantenimiento periódico, ya que el agua en su trayecto va depositando material que arrastra elementos impermeabilizantes (tosca).

“Es una solución temporal que tiene un costo de operación y que es lo que a uno le preocupa. El costo de operación incluye el accionar de equipos que contaminan cuando van a trabajar”, agrega.

El profesional señaló que le propuso a la Municipalidad realizar una prueba piloto para testear a eficiencia de estos drenes, que nunca se hicieron en ningún lugar del mundo, mezclando piedra con botellas de plástico reciclado y que tenga un parte superficial donde estén los sedimentadores, ya que hoy los drenes se tapan.

Desde la fundación hubo contactos con la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y Vialidad Provincial con el fin de conseguir apoyo. Asimismo, la Fundación Cariló se haría cargo de los gastos de laboratorio previos.

“Falta que el Municipio lo tome como un proyecto para desarrollar y, como se trata del acuífero, se le podría pedir ayuda a Recursos Hídricos de la Nación para que le dé un subsidio no retornable. Mi proyecto consiste en drenes y, en el centro de la calle Cerezo, un bulevar donde correría un tren ultraliviano que es de fabricación nacional, y sus durmientes pueden ir directo sobre el terreno, con vías en desuso, y eso también sería un gran atractivo turístico, que eso es lo que hace falta en Pinamar, me parece”, señaló.

Según el proyecto, la obra podría demandar doce meses en una etapa previa y otro tanto en la ejecución. Queda en claro que se solucionarían dos necesidades: una, solucionar el problema en sí, y la segunda, reducir notoriamente el costo de mantenimiento.