Algo más que pasiones cruzadas

Se vienen dos presencias de Mariano Gil. La primera es mañana en Pinamar, acompañado por Vivianna Giannaki, y la siguiente, con los conocidos talentos de siempre. Dos espectáculos imperdibles en la agenda cultural local.

La soprano griego-chipriota Vivianna Giannaki se presentará junto al guitarrista Mariano Gil mañana sábado 9 de marzo a las 20 en la parroquia Nuestra Señora de la Paz, de Pinamar. El espectáculo, denominado Pasiones Cruzadas, desarrolla un repertorio que incluye canciones tradicionales, medievales y renacentistas de Chipre, canciones tradicionales de Grecia, música de Astor Piazzolla, y composiciones de Mariano Gil.

El dúo realizó con éxito presentaciones en el Hellenic Centre de Londres (UK), Nicosia y Limassol (Chipre), Creta y Atenas (Grecia), Palacio de la Alhambra y Escuela Nacional de Canto de Madrid (España), entre otros espacios.

La experiencia europea

Las ausencias de Mariano Gil se hacen sentir, no sólo por lo extensas sino por esa posibilidad de vislumbrar sus éxitos en otras partes del mundo, distancias que se acortan por la web pero que no reemplazan el abrazo o la calidez de ser oyente en un espacio cercano e íntimo. Se ha producido su regreso, y un café, en mi caso, y una taza humeante de té verde, en el suyo, se suman a la magia de un local aún vacío de La Albúfera, sobre la calle Rivadavia.

Lo cierto es que ha vuelto de una extensa gira por Europa y este hecho amerita la charla.

–¿Cómo se vive eso de hacer tangos tan lejos de Buenos Aires y qué surge de esa mezcla rara de canciones?
–Un poco es la suma de la música tradicional de mi país, como es el tango, con mis propias composiciones con músicas que me son ajenas como la tradicional de Chipre y de Grecia, a partir de no entender el idioma, hay cosas que a uno se le escapan, aunque también en parte las he hecho propias a partir de los arreglos. Cuando con Viviana, en un principio, tuvimos los primeros encuentros para ver cuestiones del repertorio y para interiorizarme sobre por dónde iba a ir la cosa, decidí en algunas canciones hacer mi propio camino sin tomar ninguna referencia de cuáles son las maneras que utilizan los griegos y los chipriotas para hacer los arreglos, yo decidí hacer mi propio camino y a través de mi estética personal hacer acompañamientos que tuvieran una relación con lo que canta Viviana. Estamos muy contentos con este trabajo, que pudimos materializar en un disco que grabamos en enero en Atenas.

–¿Qué espacio ocupa el tango en esta nueva producción?
–El disco tiene desde Piazzolla hasta tangos de los años 30, canciones medievales de Chipre, canciones de Esmirna, canciones Sefaradíes que cantaban los judíos en España en el Medioevo. Es una mezcla de colores muy interesante, siempre desde nuestra visión, y manteniendo una línea propia, que tiene que ver con la voz de Viviana y mi guitarra, además de los músicos invitados, como Federico Signis en bandoneón para dos tangos de Piazzolla, y Zacharías Spiridakis en lira, de Creta, para dos canciones tradicionales chipriotas.

–¿Cuál es la reacción del público, la recepción de un repertorio tan dispar?
–Nos va muy bien en las presentaciones. La mezcla es algo que sorprende, porque, en general, si uno va a escuchar música tradicional de Chipre puede encontrarse con música griega, porque son dos países culturalmente muy relacionados, pero sorprende mucho encontrarse con los tangos y también tienen ahí su lugarcito mis composiciones, que son un elemento extra, y no es tan usual que en un espectáculo donde hay un repertorio cantado tenga cierto protagonismo la música instrumental.

–Se me ocurre pensar en cómo toma el público griego las interpretaciones de un músico extranjero de sus canciones tradicionales.
–Vengo trabajando con distintas afinaciones sobre la guitarra. He buscado también a través de afinaciones alternativas generar estéticas sonoras para estas canciones chipriotas y griegas. Zacharías, que es griego, me decía que le había gustado mucho y que lo veía muy en el estilo. Todos los acompañamientos y los acordes son más estáticos y eso permite que la melodía, que es lo que hace la voz, tenga mucho despliegue y protagonismo, que así es como se tocaban antiguamente estas canciones.

–En lo inmediato se vienen dos presentaciones. ¿De qué se trata?
–Tengo dos presencias: el 9 y el 15. La primera es con Viviana, con todo este repertorio, en la parroquia Nuestra señora de la Paz, a las 20. Y el día 15, a las 20.30, hacemos una juntada que me da muchísimo placer porque es como tocar con mis mejores amigos. Tocamos con El puente, que está integrado por Lucas Galán, Sebastián Igartúa y yo, Beto Fisher en saxo y Nicolás Pisiati en guitarra. Hay temas que vamos a tocar todos juntos como quinteto y otros con El puente como trío.