Catequistas, a Mar del Plata, y Ostende, de festejo por Ntra. Sra. de Urkupiña

Enviado por el equipo de comunicación de la parroquia Ntra. Sra. de la Paz

Los catequistas de la parroquia Pinamar están saliendo el sábado por la mañana a Mar del Plata para participar del encuentro diocesano que coincide con la celebración del Día de San Pío, instituido como conmemorativo para los voluntarios que, por vocación, integran el ministerio laical.

Su misión no sólo consiste en preparar a chicos y adultos para recibir los sacramentos, sino para acompañarlos y enseñarles con el ejemplo de su propia vida, con mansedumbre, valentía, creatividad y, sobre todo, paciencia.

En el feriado del lunes habían culminado varios años de trabajo con la realización de la cuarta y última sesión del sínodo.

Fue coronada con una procesión en la que participaron voluntariamente algunos de los casi 500 representantes de los distintos espacios eclesiales de toda la diócesis.

La comunidad boliviana radicada en Ostende festejó, como tradicionalmente se hace en la ciudad de Quillacollo, del país del altiplano, el descubrimiento de la Virgen de Urkupiña, considerada por las tradiciones indígenas, como la patrona de la integración.

La colorida celebración es un acontecimiento de gran repercusión para Bolivia y los Andes, a la que acuden más de 500 mil personas.

Una de las principales advocaciones marianas es la virgen de Urkupiña, cuyo nombre proviene del quetchua Jaqaypiña urqupiña, urqupiña, que significa “ya está en el cerro”, y se lo había dado una pastora a la que se le apareció en las bajas colinas de la comarca boliviana de Cota, en Cochabamba.

El culto a la Virgen de Urkupiña tiene ese origen y cruzó la frontera con la Argentina, traída por migrantes bolivianos.

En la ciudad de Salta, la devoción activa prácticas andinas, alejadas de lo establecido por el canon católico, sumando creyentes a una velocidad casi geométrica e inscribiéndose de múltiples formas en el territorio local.

Un análisis efectuado para el Conicet la inscribe en una mirada interdisciplinaria para explorar los mapas que construyen las prácticas de los devotos, prestando atención a las industrias del creer paralelas que se encuentran en expansión en el macro-centro local.

En contraposición, se indagaron algunas estrategias de la Iglesia Católica Salteña y el municipio para disciplinar y centralizar el culto.

El recorrido cartográfico hecho para el organismo científico nacional permite pensar los múltiples sentidos de ciudad que se disputan a partir de una forma de religiosidad mariana rizomática, fronteriza, migrante y asimilada por familias citadinas.

En Pinamar, la novena de Nuestra Señora de Urkupiña fue realizada por la comunidad boliviana en la Casa del Pasante y culmina el sábado 20 a las 12.30 con una misa en la iglesia de La Paz.