De cara a la conquista del espacio, volvemos la vista atrás hacia la sociedad humana primitiva

En 1860 el abogado norteamericano Lewis Morgan, por circunstancias relacionadas con el ejercicio de su profesión, entró en contacto con diversas poblaciones nativas de su entorno y detectó similitudes en los patrones de sus lenguas. Así fue que comenzó con el estudio comparativo de esos lenguajes y finalizó estudiando el pasado social remoto de la humanidad toda. En 1871 escribió su primer libro sobre el tema y en 1877 publicó su por entonces revolucionaria obra La Sociedad Primitiva, en la que llevó a cabo una descripción detallada de la historia de la humanidad y de cómo había sucedido la evolución de la sociedad durante los últimos casi 200.000 años.

Su conclusión fue que “la gran antigüedad del hombre sobre la tierra ha quedado concluyentemente establecida. […] Ahora es posible asegurar, sobre pruebas convincentes, que el salvajismo precedió a la barbarie en todas las tribus de la humanidad, como se sabe que la barbarie ha precedido a la civilización. La historia de la raza humana es una en origen, una en experiencia, una en progreso”. Morgan 1877, Ancient Society: I-II. Y en el mismo libro agrega que “toda la cuestión de la supremacía humana sobre la tierra dependía de sus destrezas en el arte de la subsistencia. Los humanos son los únicos seres de los que se puede decir que han logrado un control absoluto sobre la producción de alimentos; el cual, en el inicio, no poseían por encima del resto de los animales. Sin ampliar las bases de subsistencia, la humanidad no habría podido propagarse”. En su voluminosa obra dejó plasmada gran cantidad de información sobre la familia, el trabajo y, en gran medida, sobre el lenguaje. Sobre este tema hizo hincapié en que el humano primitivo se comunicaba por señas y sonidos vocales, lentamente este lenguaje evolucionó y se hizo silábico, luego bisilábico, apareciendo así palabras aisladas que lentamente evolucionaron, junto a un pensamiento más complejo, a oraciones simples. A medida que el pensamiento se fue complejizando se fue complejizando el lenguaje. La secuencia que había seguido la evolución de la familia, según Morgan, va de la familia consanguínea resultado del matrimonio grupal entre hermanos y hermanas durante el periodo del salvajismo, pasando por la familia resultado del matrimonio entre parejas solas, sin cohabitación exclusiva en la cual la duración del matrimonio dependía de la voluntad de las partes, seguida de la familia patriarcal resultado del matrimonio de un hombre con varias mujeres, generalmente acompañado de la reclusión de las esposas, durante la barbarie. Finalmente llegó la familia monógama (civilizada) resultado del matrimonio entre parejas solas con cohabitación exclusiva. Había llegado el momento en el que la monogamia, habiendo asegurado la paternidad de los hijos, proclamaría y mantendría el exclusivo derecho de ellos a heredar los bienes de su difunto padre. Esta estructura y este derecho se consolidó durante la civilización en los últimos 8.000 a 10.000 años.

Sobre estos temas apasionantes nos sentimos tentados a seguir leyendo y anotando, tal como le sucedió a Morgan hace algo más de un siglo. En esta instancia quizás sólo falta decir que gracias a modernos análisis científicos se sabe que en la genealogía de la evolución humana ha existido un antepasado común masculino y uno femenino a los cuales se les nombró como a sus símiles religiosos: Eva mitocondrial, antecesora de todos los humanos actuales, y Adán cromosómico, quien confirma el origen de los humanos modernos en el África subsahariana hace 140.000 años.