Dos mujeres que sacuden al mundo de su modorra ambiental

Por Amanda Paulos
Bióloga, docente, observadora de fauna silvestre

En 2007 fue Annie Leonard con su corto de 20 minutos La Historia de las Cosas quien visitó las pantallas del mundo de entonces. Hoy es Greta Thunberg, una niña sueca, con sus mensajes que se viralizan y tocan las emociones de las gentes del planeta. Escribió Annie en su libro de 2011: “Nuestra economía enormemente productiva demanda que hagamos del consumo nuestro estilo de vida, que transformemos la compra y descarte de productos en un ritual, que busquemos nuestra satisfacción espiritual, y la satisfacción de nuestro ego, en el consumo. Necesitamos consumir, quemar, reemplazar y descartar cosas a una velocidad cada vez mayor”. Se cita a Greta: “Dices que amas a tus hijos sobre todo y aun así tú les estás robando su futuro”. Lo dice al final de un reciente video en el que varios niños italianos les piden a los padres jóvenes de este tiempo que cuidemos el mundo y hagamos de él un lugar un poco mejor para vivir, y que lo “hagamos por ellos”.

Transformar la lineal economía moderna en una economía circular: reusar, reciclar, reducir, recuperar, ésta es la clave. Como en los albores del siglo XXI “ser digital” era sinónimo de progreso y modernidad, debemos pensar que hoy la economía circular es la opción para el futuro próximo y que ser “circulares” en el tratamiento de los residuos, sean éstos domésticos o industriales, es sinónimo de mejor calidad de vida y salud para nosotros y nuestros hijos, acá y ahora. La mayor parte de las cosas que usamos y descartamos puede transformarse y reutilizarse: vidrios, papeles, cartones, plásticos, metales deben ser tratados como recursos que reingresan al circuito económico y no como residuos.

Esto implica un cambio cultural que debe ir acompañado de políticas públicas que lo hagan posible. Hay una tendencia global que se refleja en muchas comunidades de nuestro país, incluida la nuestra. Podemos, y debemos, ser ciudadanos circulares para protagonizar la economía del futuro. Hagámoslo por cada uno de nosotros, por nuestra familia, por nuestros hijos y hermanos, por nuestros amigos, nuestros alumnos y nuestros maestros. Pongámosle al beneficio de “ser circular” nombres y apellidos, porque esto se trata de ahora, de acá y de allá, de mí y de vos.