El biodiesel: un aliado en baja temporada

Puede ser una muy buena oportunidad de comprobar su eficacia. Tiene el respaldo de un vecino con trayectoria y los usuarios que se van agregando a la lista de consumidores del combustible orgánico.

Luego de la probada eficacia de su biodiesel e infructuosos contactos con la comuna local para abaratar costos, Alejo Amendolara sigue firme en sus convicciones conservacionistas.

Está claro que después de una temporada bastante más “floja” de lo que muchos pretendían, no son pocos los que se van acercando en búsqueda de un combustible más económico que les permita transitar el invierno con mayor tranquilidad.

Alejo cuenta que la realización se basa en utilizar el aceite usado de los restaurantes. Tanto Pinamar como la región, como polo gastronómico inmenso, generan grandes cantidades de aceite usado, del cual Alejo capta una pequeña parte, que mezcla con una solución de alcohol metílico y soda cáustica. Luego de cuatro horas comienza a decantar la glicerina, se le saca un poco por una cuestión química y se lo deja decantar por un día más. Antes y en motores viejos se mezclaba directamente el aceite con el diesel, pero este proceso, que se denomina transesterificación, lo que hace es justamente sacarle la glicerina al aceite y con la introducción del alcohol metílico se logra el punto de quemado que requieren los motores gasoleros.

Además Amendolara comenta que aún la gente se muestra reticente, que quiere conocer la experiencia, pero con pocos litros. Cuenta que en algunos casos, a los que poseen camionetas muy nuevas, de alta gama, tampoco les interesa amortizar en el combustible. Aún así Alejo explica que sería muy conveniente a nivel municipal o en el caso de alguna empresa de logística y distribución, que pueden abaratar costos hasta en un 50% en el combustible, lo que no es nada despreciable.

En ese afán de distribuir su producto tuvo reuniones con el jefe de Gabinete, Federico Panzieri, pero no han llegado a buen puerto. Amendolara explicó que si bien los costos son varios, al tener la infraestructura necesaria para la recolección de aceite o la distribución del biodisel, sólo quedarían los costos de la soda cáustica y el alcohol metílico, por un total de $4,50 por litro, lo que, comparado con los $20 que hoy pagan el diesel común, constituiría un ahorro de $16000 diarios cada 1000 litros (que era el objetivo diario planteado con la Municipalidad), un número más que interesante en un Municipio que pidió a fines del año pasado un nuevo aumento de tasas.

En cuanto a la capacidad de producción, Amendolara aclaró que está entre los 100 y 200 litros por día, alrededor de 10000 litros desde que comenzó con este emprendimiento, que por día cargan su biodiesel dos o tres personas, algunos más seguido y otros una vez por semana. Alejo cuenta humildemente que este proyecto es un ingreso más, pero que tendría que vender muchísimos litros para poder vivir de esto. “Cuesta mucho trabajar todo el año seguido, por eso es tan bueno promover los emprendimientos locales”, dice. Comenta que hay gente que recolecta el aceite acá pero lo vende afuera, que lo ideal es que se termine el proceso en el ámbito local, para abaratar costos y generar trabajo con la mano de obra.

Como microempresario y emprendedor local, se le preguntó si contó con alguna línea de crédito o subsidio (que tanto se promocionan para el rubro), pero el gran problema con el que se enfrenta Amendolara son las complejidades a la hora de acceder a los permisos para la producción de biodiesel, ya que están orientados hacia las grandes cerealeras. Explicó que en una oportunidad se postuló para acceder a una línea de subsidios del Ministerio del Interior y no pudo por esta causa.

Por otro lado, en relación a su trato con las estaciones de servicio, comentó que desde hace rato no pasa por una. Agregó que su intención es que cada uno se genere su propio combustible y así, entre todos, se logra beneficiar al medio ambiente, que lo mismo pasa con su quinta orgánica: “Cada lechuga que cada uno produce en su huerta es una lechuga menos que se compra en el supermercado y de esta manera, además, se baja el consumo y se producen las bajas de precios”. Con respecto a esto último, recordó que en la actualidad se están utilizando enormes cantidades de glifosato, que es altamente nocivo para el organismo humano; por eso considera que es fundamental apuntar a las verduras orgánicas y, además, pinamarenses. El experto es un convencido de que si se estimulan este tipo de proyectos y emprendimientos tanto en el ámbito privado como en el público podría generarse trabajo de todo el año para todos los habitantes de Pinamar, y así lograr dejar de vivir de las temporadas, que, por otro lado, cada vez son más cortas.