El cambio tan temido

Por Amanda Paulos
Bióloga, docente, guía de naturaleza

Nos cuenta Gabriel García Márquez en su obra maestra que recuerda la tarde en que su padre lo llevó a ver por primera vez el hielo en un tórrido verano colombiano de principios del siglo XX. Recuerdo cuando hacia finales del mismo siglo oí por primera vez hablar del Cambio Climático Global. Hechos que quedan grabados en el recuerdo porque fueron acompañados de una fuerte emoción.

En su libro Ciencia en el aire, de la Colección Ciencia que ladra…, de divulgación científica, Diego Manuel Ruiz, doctor en química de la UNLP nos fundamenta la pluralidad de la existencia e incidencia de este fenómeno que comenzó tímidamente hace algo menos de doscientos años, con el comienzo de la revolución industrial, y se desarrolló exponencialmente para llegar a los valores de estos tiempos y representar el cambio más temido y acuciante. Si bien hay otras explicaciones, según el Dr. Ruiz, “la posición dominante es… la que establece que el aumento de la temperatura se debe al incremento en la emisión de gases de invernadero que provoca la actividad humana” y además “la actividad solar comenzó a crecer mucho antes de la revolución industrial y… muestra la tendencia de encontrarse ante los valores más grandes de los últimos cuatrocientos años”. En su opinión, “que el Sol sea el gran culpable no nos exime de nuestra responsabilidad… pues más tarde o más temprano, tendrán un impacto negativo sobre el medio ambiente”. “De continuar la tendencia ascendente de la temperatura, todos los cuerpos de agua superficial liberarán mayor cantidad de vapor al aire,... el vapor de agua es un gas de invernadero, la temperatura promedio ascenderá… hasta que, en algún momento, el agua de todos los ríos, lagos, lagunas, mares, océanos y charquitos se evaporará. El planeta… tendrá una atmósfera… como la de Venus”. El Dr. Ruiz menciona otros gases de invernadero menos conocidos que el dióxido de carbono , como el metano, los óxidos de nitrógeno, de azufre, el plomo, los CFC, los COV, el hollín y otros que en menor cantidad forman el smog en las grandes ciudades y que favorecen el asma, la bronquitis y las enfermedades cardíacas y son además los responsables de la lluvia ácida que erosiona edificios, monumentos y rocas sobre todo en el hemisferio norte, que es la parte del planeta donde se producen el 90% de las emisiones (Estados Unidos y Europa el 50%, China e India el 40%). A África y Sudamérica les corresponden el 5%. Agrega que “este asunto” no se limita a las emisiones, sino también a la importancia de las plantas en la captación de carbono, hecho que se ve afectado negativamente por las deforestaciones masivas a razón de cincuenta canchas de fútbol por minuto. “Como vemos, la cuestión del calentamiento global es también política…”. Otro dato no menos interesante es que cada persona necesita por día 720 litros de oxígeno y libera 650 litros de dióxido de carbono al respirar. Mientras tanto, un auto mediano, en un recorrido de cien kilómetros, libera el equivalente al dióxido de carbono que liberan veinte personas en un día y consume en ese recorrido la cantidad de aire que necesitan ciento veinte personas por día. ¡Actualmente en el mundo hay 600 millones de vehículos terrestres, 420.000 aeronaves y 55.000 barcos! Sin mencionar las industrias de todo tipo.

“Como habrán podido apreciar, el asunto del calentamiento global es un problema candente, no sólo por lo actual o lo discutido sino, sobre todo, por lo urgente”. Y concluye su libro el Dr Ruiz con 119 citas bibliográficas y el comentario de Lovelock, J.E. en su libro La venganza de la Tierra, en el que nos dice que el despilfarro y los juegos de guerra del siglo XX se han terminado y que ha llegado la hora de limpiar la casa y sacar la basura.

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