El cuento de la buena pipa

Ahora sí, We are ready to go! Ya por suerte se terminó el conflicto sindical en nuestro principado, donde todas las partes han salido contentas y volvimos a trabajar. La propuesta económica en sí no está del todo mal, pero claramente con la plata ajena es fácil negociar, como lo es también con la necesidad. Ahora ya no existen problemas. Si bien hay algunas cuestiones realmente menores que resolver para los empleados municipales, las mismas puedan esperar bastante. Realmente a quién le importa la falta de material de trabajo, la falta de equipamiento, la falta de insumos, la falta de maquinaria, la pésima política de cuidado y mantenimiento de rodados o el happy hour de horas extras para casos que no lo requieren y falta de las mismas para los que sí hacen el esfuerzo en el día a día. Podemos decir que la negociación ha sido un éxito y eso por suerte lo podemos ver plasmado en la calle, donde ahora brilla todo como nuevo en nuestro principado. Esperemos que no quede solo en una cuestión monetaria y se les pueda dar dignidad y seguridad a los trabajadores que salen a la calle todos los días, y que, independientemente de su salario, se la juegan en condiciones que muy pocos estarían dispuestos a realizar. Entiendo que en cierto punto se los estigmatiza, pero ellos simplemente pelean por lo que consideran su derecho y poder obtener mejores condiciones de trabajo, como cualquiera de los que hemos trabajado en relación de dependencia o bajo las órdenes de algún tirano sin experiencia, que compró el personaje y ahora está en alguna jefatura o secretaría, hemos hecho en algún momento de nuestra vida (claro que los que siempre vivieron de la teta del Estado, muy cómodamente en puestos políticos o en el HCD, dudo que entiendan lo que es esta cuestión). Prueben con trabajar (Olmedo dixit). Alguna vez pónganse en el lugar del otro. Es un ejercicio sano y constructivo. Sé que es difícil, porque no debe estar en su naturaleza esta cuestión, ya que siempre estuvieron del otro lado del escritorio. En fin, lo que podemos observar hoy, finalizado este conflicto, el cual puso por momentos en vela el orden urbanístico que teníamos, donde corría grave peligro la ciudad en caer en una situación de vulnerabilidad total, de abandono, de descuido, donde algunos funcionarios tendrían que salir a trabajar en serio, es que podría traer aparejada una caída de inversiones, de turismo y de trabajo, generando una situación apocalíptica y de difícil regreso. Por suerte, todo sigue igual, ya que volvimos donde estábamos, que básicamente era más de lo mismo. Afortunadamente, si hay algo que se destaca de esta gestión es el excelente manejo que tienen de las redes sociales. Me encanta, realmente, porque cuando tengo un día malo, que encima llueve, pierde River (eso no sucede en realidad), se casa mi hermana (con cariño), o bien pierdo algún cliente del estudio, me logueo en Facebook, veo la pagina de la Municipalidad y todo vuelve a brillar. Me emociona hasta las lágrimas y me da pena cómo otros municipios no pueden estar tan bien como nosotros. Te lo recomiendo en serio, no vayas a terapia, conéctate con la muni y todos tus problemas desaparecen (es casi burda la forma en que insultan nuestro intelecto). Hoy estamos en un estado cíclico, donde año tras año repetimos la misma historia, las cual nos marca como sociedad y marca qué tipo de ciudad queremos y hacia dónde nos dirigimos. Maquillamos la ciudad con todo nuestro esfuerzo (el privado, claramente, a excepción de las grasadas municipales de Navidad) para recibir la temporada. Esto claramente es barrer y esconder la tierra bajo la alfombra, pero evidentemente siempre nos sirvió y así lo mantuvimos a lo largo del tiempo. Nunca pensamos en una ciudad para todo el año, que combata la estacionalidad, que brinde servicios de calidad y podamos mejorar año a año. Debo confesar que por un momento tuve la esperanza, cuando el viaje de egresados desembarcó en el palacio municipal en diciembre, de que realmente iban a cambiar las cosas. Que iban a demostrar que estaban para algo diferente. A excepción de Hacienda, Gobierno y Frente Marítimo, al resto le quedó enorme el puesto. El Concejo es otro capítulo pero de la comedia me gustaría hablar en otro momento.

Pareciera que recaemos en las mismas cuestiones, pero todos reclamamos lo mismo para nuestra ciudad. Orden y limpieza. No pedimos obras faraónicas como la fuente de Av. Bunge, la espectacular Don Barredora, o la increíble y magnánima gestión que evidenciaron con el manejo del punto verde. Repito. Solo pedimos orden y limpieza, las cuales son dos cuestiones que, si evidenciaran mejor gestión desde el Municipio, se podrían obtener fácilmente y así ir mejorando nuestra ciudad día a día, para no volver a caer siempre en el mismo cuento. Si tuvieran la suerte de hablar con los turistas o bien con los que buscan invertir en nuestra querida ciudad, o con aquellos que no tengan dependencia económica del Municipio, a los cuales ustedes no pudieran someter, probablemente escucharían reclamos similares.

Hoy se terminó la temporada (para algunos nunca llegó a arrancar). Terminó Semana Santa y ya está. Cerramos la puerta del pueblo, bajamos las persianas y a hibernar hasta octubre. Los que sobrevivan, nos veremos nuevamente.