El largo camino del consenso

Por Raúl Coronel
Licenciado en periodismo

Unos minutos pasadas las 14 del martes 19, dio comienzo la audiencia pública en torno a la actualización del Código de Ordenamiento Urbano (COU), donde gran parte de los profesionales y técnicos presentes puso al desnudo varios puntos que para la gente común habrían resultado incompresibles. No obstante ello, alguien deslizó que la gran mayoría de los presentes eran personas relacionadas con la construcción, arquitectos, ingenieros o maestros mayores de obra, como si su condición académica los excluyera de ser vecinos entendidos en la materia.

La primera en hacer uso de la palabra fue la presidente del HCD, Mercedes Taurizano, quien además de presentar el tema dejó en claro que no era obligatoria la concreción de la audiencia, como si el hecho de realizarla fuera más un rasgo de generosidad por parte del Concejo que lo que fue en realidad: el inicio de un diálogo sin interlocutores ni teléfonos descompuestos. Creo que muchos se enteraron sin filtros de lo que pensaba el otro.

Como contrasentido, en un punto el jefe de gabinete, Federico Panzieri, le dio significación a la audiencia al destacar que todo lo que surgiera de este encuentro sería tenido en cuenta a la hora realizar modificaciones al anteproyecto.

Fue valiosa la observación de Lucas Ventoso, quien dijo que el problema no era necesariamente urbanístico sino social, al referirse a la normalización de aquellos comercios familiares que habían surgido de la necesidad en viviendas familiares. Hubo quien dijo que Valeria y Ostende seguían siendo los patitos feos del partido, y quien cuestionó la rezonificación por entender que se sigue con la tradición que indica que lo que se quita de un lugar se ubica en otro. Quedaron marcadas dos líneas que separan a los que quieren que el tema se ejecute sin otros miramientos y los que quieren considerar aspectos mencionados por varios de los oradores, como el recurso hídrico, la carga de nuestras playas, la urbanización, la rezonificación, el tema de los premios, una tutela constante por medio de un consejo de personas capaces, formadas y de reconocida trayectoria, entre otros.

Lo realizado puede considerarse como un taller participativo, dado que se opone al procedimiento prescripto por la Ley 11723. Se puede decir que un taller participativo se produce cuando se somete a consideración de la ciudadanía un proyecto y se recogen opiniones para luego ajustarlo a las necesidades reales que son escuchadas. De esta forma, el proyecto se legitima, ya que representa a todos los sectores.

Una audiencia es casi el final de un proceso que debe transitar el expediente de un proyecto.

Los pasos a seguir son: 1) generación del proyecto por parte de la secretaria de Planeamiento, como voz del ejecutivo, cosa que no ocurrió con el agravante que el proyecto cuenta con un dictamen negativo de la titular del área. Pasándolo en limpio se puede decir que el intendente apoya un proyecto generado por el concejo, que su secretaria de planeamiento objeta. Algo pocas veces visto. 2)la realización de talleres participativos; 3) Ajuste del proyecto por consenso ciudadano; 4) Consultas a la Dirección de Ordenamiento territorial de la provincia; 5) Reajuste del proyecto después de las correcciones de la dirección mencionada en el punto anterior ; 6) Confección de informe de evaluación de impacto ambiental; 7) Puesta a consideración de la ciudadanía nuevamente el proyecto; 8) Audiencia pública y 9) Obtención de la declaratoria de impacto ambiental. Recién en esta etapa de proceso es cuando se debe elevar al concejo para su votación.

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