El rock contó su historia en Cariló

Un trabajo de tesis sirvió para publicar un libro que desde el inicio nos muestra la clásica seriedad de un trabajo académico sin perder la impronta propia del género abordado.

El martes pasado, a las 20.30, Gyula en Cariló fue el lugar elegido para que el periodista Juan Ignacio Provéndola presentara su libro RockPolitik, la historia del rock nacional y su relación con el poder político, tras 50 años de convivencia.

El maestro Hugo Lobo, de Dancing Mood, tocó en vivo poniéndole un atractivo más a un tema convocante y poco transitado pero que tanto tiene que ver con los vaivenes políticos de un país y la búsqueda de identidad de su juventud.

El autor en la previa a su presentación señaló el origen del argumento del libro: “Surge como laburo de tesis para recibirme en la Licenciatura de Periodismo en la Universidad del Salvador y siempre se sugiere en esa clase de investigaciones que uno elija un tema que es afín a uno porque va a establecer un vínculo muy estrecho de tiempo y de intensidad. Yo, ya en ese tiempo, estaba trabajando en lo que es el periodismo de rock; estaba haciendo una pasantía en el Suplemento SI, primer suplemento de cultura joven de la Argentina, que cerró hace unos dos meses por una política de ajuste que tiene Clarín. Así fue como empezó esta idea y después, investigando, fui descubriendo que había muchas más cosas de las que yo imaginaba. Así que lo trabajé con el propósito de presentarlo en una editorial una vez que se aprobara”.

No obstante este acercamiento al rock argento, Juan Ignacio no se inclina por un solo grupo a la hora de elegir sino que admite que tiene varios preferidos, aunque si recuerda su vida geselina se inclina por la música de Los Redonditos de Ricota.

“En Gesell, como debe suceder en Pinamar por la cercanía que tenemos con Madariaga, hay un elemento tradicionalista muy fuerte, y por ende la música folclórica cunde, así que ese era un estímulo pero lo que a mí me hizo virar al rock, y lo que le pasó a muchas generaciones, es lo que había detrás de esas canciones, de esos músicos, de esas bandas, toda una historia que iba más allá de las canciones, que tenía que ver con el momento o entorno sociopolítico en el cual vivieron esos músicos y también con una búsqueda de la identidad. El rock tiene que ver con eso. Creo que uno de los motivos que prendió tanto en Argentina es que abrió una puerta a distintas generaciones de jóvenes para que puedan encontrar su identidad, algo tan importante. Yo no viví la dictadura pero viví la década de los 90, que fue una época bastante fea, sobre todo por la búsqueda de valores. La tele y los medios no te daban una línea muy positiva y en esa década el rock fue una salida bastante iluminada; y esto lo comprendías cuando empezabas a hurgar detrás de los discos justamente”, reflexiona.

El relato tendrá sus puntos altos; uno de ellos es el que se relaciona con el conflicto de Malvinas, donde la junta busca exacerbar el nacionalismo y para ello les mayor espacio al rock y sus músicos.

A lo largo de su recorrido seguramente se habrán abierto otras perspectivas de investigación: “Hubo muchas sorpresas. Cada descubrimiento es una sorpresa. El término rock nacional surgió como un impulso de la última dictadura, del gobierno de Viola. Tuvo un acercamiento a través de un operador con todos los músicos más importantes de ese momento. Estoy hablando de Serú Girán, Spinetta Jade. Viola apareció en el poder con una estrategia de imagen tendiente a parecer todo lo contrario a Videla, y en ese acercamiento hacia el rock, que los roqueros aceptaron porque sus canciones eran censuradas, había razzias a las salidas de los festivales, era una situación complicada, y ellos encontraron un canal de diálogo que les permitió ver si podían tocar y grabar y en esos acercamientos casi promiscuos entre el rock y la política es que se termina instalando el término de rock nacional en la búsqueda de una etiqueta. Hasta ese momento no se lo llamaba rock nacional; se lo llamaba música beat, música pop. Había distintas definiciones. Pero en ese entonces los medios nacionales, tanto radios como tv, eran del Estado, por lo tanto los interventores, que eran todos de uniforme, en la necesidad de ponerle una etiqueta, le ponen ‘rock nacional’ y eso se ata todo lo que sucede con Malvinas y genera la consolidación”.

Lo cierto es que en la época de la dictadura el rock terminó siendo un instrumento para que los militares dinamizaran ese ser nacional y por eso el rock es nacional y no argentino.