El sueño de Fany Navarro se hizo realidad

Luego de muchos años de esfuerzo se pudo concretar un nuevo espacio que brindará contención y atención a los diabéticos de Pinamar. Su actual presidente se refirió al proceso que derivó en la inauguración y al presente de la entidad.

Luego de una serie de inconvenientes, finalmente se produjo la inauguración de la sede de Diabet Pin, haciendo posible el sueño de la doctora Fany Navarro, que fue recordada por los presentes, por su obra y el legado que dejó a todos los diabéticos del partido. De esta manera quedó formalmente inaugurado el Centro Integral de Atención al Diabético Doctora Fany Navarro, ubicado en la Avenida del Parque, entre Central y Misiones, Ostende. Juan Ocampo, presidente de la comisión directiva, se refirió a algunos aspectos del presente de la entidad.

–¿En qué instancia está la institución al día de hoy?
–Creo que la etapa más difícil se concretó el día de la inauguración, como es tener el espacio físico, recuperar esa propiedad que Fany nos pedía en 2013, que se palpó en 2014 cuando se nos dio el comodato por cinco años; luego vino el Presupuesto Participativo, una situación que nos dio empuje; y, después, la presentación de la comisión al gobierno municipal con el proyecto de creación del Centro Integral de Atención al Diabético. Éste es el sueño de la doctora y de mucha gente que pasó por las sucesivas comisiones directivas de la entidad y el esfuerzo de una comunidad que trabajó muchísimo. Yo celebro estar trabajando con esta comisión directiva. Aunque no somos muchos, se trabaja mucho. Hay gente que lo deja todo y, aunque pueda aparecer alguna diferencia, la terminamos puliendo entre todos. Todo lo hacemos con un objetivo claro y por el bien común, y con lo que aprendimos con Fany, ya que todos los integrantes hemos trabajado con ella.

–¿Cómo se inicia tu vínculo con la entidad?
–Empecé a atenderme en 2007. Luego Fany me asoció para llevarme, tiempo después, a la comisión. Luego confió en mí dándome la presidencia, lo que me llenó de orgullo…

–¿Actualmente sos presidente?
–Sí. Si bien estamos cerca de la fecha de una nueva asamblea, yo voy a seguir trabajando y colaborando con la comisión. Estoy con Oribe Luján; María Rosa Oliver; Leticia Insaurralde, quien no es diabética pero igualmente colabora demostrando un gran desinterés; Norberto Rossetti, quien es contador y ocupa el cargo de tesorero; María Teresa Roldán, que también trabajó mucho con Fany. Todos venimos de su escuela, tomando como ejemplo su solidaridad, en lo humano, en lo profesional; no tenía días ni horarios. Viéndola a ella, se nos hizo posible tener un centro como el que hoy tenemos.

–¿Qué prestaciones están brindando?
–En estos días tenemos una reunión con el doctor Jorge Lucero, director de Atención Primaria, quien nos va a confirmar la fecha de inicio de la atención de diabéticos en la salita que estaría a cargo de la doctora Sonia Coll. A ello se suman una nutricionista y el doctor Brandalisio, que atenderá todos los viernes. En consecuencia, vamos a tener atención médica, los servicios de una nutricionista y la atención del diabético con problemas cardíacos; en todos los casos, una vez por semana. El doctor Brandalisio se sumó solidariamente al proyecto de hacer una atención integral para que el que no tiene obra social también se pueda atender y acceder a una medicación.

–¿Están dando algún tipo de ayuda gratuita?
–Hoy el trabajo solidario de Diabet Pin consiste en entregar tiras reactivas. Gracias a Dios, en estos dos años hemos resuelto la mayoría de los casos con tiras, con algunas insulinas, como la Lantus, que es difícil de conseguir, y como es el corrector. Todo pensado y dirigido para aquellos que no cuentan con asistencia social.

–Se dice que la diabetes es una enfermedad silenciosa. ¿Es caro su tratamiento?
–Sí, especialmente los medicamentos y la alimentación. Hoy, sin tener una obra social, es prácticamente imposible hacerse tratar. Hoy contamos con el beneficio de la salita de Ostende, con el empadronamiento del enfermo diabético, los beneficios del Proviaba, que es un programa de prevención y diagnóstico de la Provincia. Por lo tanto, el diabético, si no tiene obra social, tiene acceso a la medicación y la atención primaria en las salitas de Ostende y Valeria del Mar.

–¿Qué les hace falta aún?
–Nos sigue faltando algún mobiliario, sillas, algún escritorio. Si bien la gente ha colaborado con lo que puede y eso conmueve, creemos que hay mucho por hacer.

–¿Hay un crecimiento de esta patología?
–Los porcentajes generales nos hablan de un 5 a 6% de la población a nivel general. Hay un crecimiento. En una evaluación que hemos hecho se determinó que son cerca de mil diabéticos los que hoy reciben atención en los distintos lugares de atención.

–¿Cómo vivió el acto inaugural?
–A mí me llenó de emoción. Son muchos recuerdos y vino mucha gente que mucho no venía, vecinos de años que conocieron a Fany. Vino gente nueva, vinieron concejales, mucha gente de la comunidad. Queremos que nos acompañen con su cuota social, que pediremos se vote a $500 por mes, de manera tal de contar con más beneficios para los asociados.