El techado de una casa

El techo es una parte importante en la construcción de una vivienda: con él se cierra un espacio, y se materializa el esfuerzo. De allí su trascendencia, sobre todo en momentos en que la construcción de una vivienda implica, para una gran parte de la sociedad, una inversión más que importante.

Por eso, antes de iniciar cualquier idea o bosquejo, para decidir qué tipo de techo es el indicado lo mejor es consultar con anticipación a un profesional.
El techo es la parte de un todo y no un catálogo de partes a elegir. Define los espacios y el estilo de una casa.

Propuestas diferentes

Cuando de opciones se trata, pueden describirse tres alternativas principales:

  • Techos planos: aquí predomina la losa de hormigón armado. Aplicados frecuentemente al concepto moderno minimalista, con diseños cuadrados, voladizos blancos, líneas puras simples y cubierta no a la vista. También suelen emplearse con pérgolas protegidas por chapas metálicas o plásticas antigranizo.
  • A una o dos aguas: en sus cubiertas suelen usarse chapas galvanizadas comunes, chapas color o tejas. Actualmente, predominan a dos aguas y con estructura de madera con una cubierta de tejas recubiertos por tejas comunes o esmaltadas en todos sus modelos, como así también las chapas a color.
  • A varias aguas: muy frecuentes en el sur del país, aunque también se los ve en barrios cerrados. En ellos deben cuidarse varios puntos: los encuentros entre un faldón de techo y otro. Hay que considerar la sección necesaria de las vigas portantes, las limatesas, cumbreras, limahoyas y, en este tema, los desagües y descarga de aguas.

A tener en cuenta

En ese sentido, también son tres los aspectos a considerar al momento de proyectar el techo:

  • Clima: el primer aspecto es el lugar y el clima. Si se trata de una zona con lluvias intensas y muy frecuentes, es mejor el techo inclinado. Dada la inclinación de la cubierta, el agua se evacuará fácilmente. Esto no invalida que se puedan hacer techos planos, si la estética de la casa lo impone.
  • Vegetación: donde hay muchos árboles, los desagües se suelen obstruir. En estos casos se aconseja recurrir al techo plano con libre escurrimiento, es decir sin canaletas. De esta manera, las hojas no serán retenidas por ningún elemento constructivo del techo.
  • Uso: lo que cuenta aquí es si será accesible o no. Es decir, si se lo utilizará como terraza, entonces deberá optarse por un techo plano.
  • Dentro de esta opción, se encuentran varias posibilidades de terminación. La más habitual es la terraza con las típicas baldosas. Existen variantes, como una terraza-jardín para ganar más espacio en viviendas donde no hay mucho patio o fondo. Otra opción es la combinación de los techos planos con los inclinados, donde las partes planas se utilizan como balcones terraza.

De madera

En el caso de los techos de madera, es necesario tener en cuenta el tipo y la calidad del material. Hoy se aplica la madera compensada o multilaminada, en eucalipto y pino, por su capacidad técnica, elasticidad, durabilidad y, sobre todo, porque no tiende a deformarse por la veta.

La aislación térmica

Finalmente, un techo no sólo evita la filtración del agua de lluvia: también debe mantener el ambiente fresco en verano y cálido en el invierno (aislación térmica). Puede realizarse de diferentes maneras o técnicas: capas de materiales livianos y porosos (poliestireno expandido), la lana de vidrio o spray de poliuretano. Son aplicables tanto en los planos como en los inclinados.

Tema pendiente
La pendiente mínima en techos de cualquier tipo de material depende fundamentalmente de los vientos predominantes en la zona, del tipo de encastre de las piezas de revestimiento y del tamaño de las mismas (cuanto más pequeñas son, más aumenta la cantidad de uniones y posibles lugares de entrada de agua).

En el caso particular de las cubiertas de tejas coloniales, se prevé una pendiente mínima equivalente a un ángulo 20º o bien de un 35% (significa que, por cada metro lineal –100 cm– sube 35 cm). No obstante, es necesario atender los datos estadísticos de vientos y lluvias de la zona y experiencias con distintas pendientes.

Mientras, de 1 a 3 centímetros por metro hacia la boca de descarga es la pendiente mínima de un techo plano para escurrir las aguas.

Chapas vs. tejas

1. Ventajas
Durabilidad, estanqueidad, rapidez de colocación, versatilidad, adaptabilidad, poco peso y calidad estética son las ventajas de los tejados de chapa. Su alta resistencia a los impactos es otra de sus cualidades. A la hora de colocar un techo de chapa es imprescindible tener en cuenta, además de su correcta colocación, algunos detalles técnicos que garanticen un buen aislamiento técnico, ya que, de lo contrario, los locales pueden ser extremadamente fríos o calurosos.

Las tejas garantizan la calidad estética de las terminaciones. Poseen propiedades de estanqueidad, facilidad de colocación y buena aislación. No obstante, sus características varían, según sean cerámicas o de concreto. Las tejas de concreto poseen una gran resistencia a las inclemencias climáticas –heladas, nieve y granizo– y aseguran una impermeabilidad casi total. Las cerámicas también pueden considerarse “eternas”, y la durabilidad del color es mayor. Con respecto a la estética, las de cemento presentan una apariencia un tanto más rústica, por su rugosidad.

2. Variantes comerciales
En la actualidad y dadas sus propiedades, las chapas zincalum están reemplazando a las galvanizadas, especialmente para cubiertas de viviendas. Estas resultan de una aleación de aluminio y zinc, en un porcentaje de 55 y 45%, respectivamente. Vienen en dos modelos comerciales, las acanaladas o sinusoidales y las trapezoidales.

Hoy el mercado ofrece, a partir de las chapas de acero galvanizado o de las zincalum prepintadas con esmalte, atractivas cubiertas de variados colores.

Las tejas tradicionales son las cerámicas, pero hoy el mercado ofrece modelos similares en concreto, que varían por las características de los materiales utilizados para su fabricación y las prestaciones que brindan.

Los modelos que dispone el mercado son normanda y colonial, en tejas de concreto; francesa, portuguesa, romana, clásica y las siempre vigentes coloniales, en cerámica.

3. Colocación
Las chapas se sujetan sobre correas que pueden ser de madera, perfiles de hierro, reticuladas en hierro redondo, perfiles de chapa, etc. Lo más usual es que sean de madera. Para la colocación de chapas, la separación máxima entre apoyos debe ser de un metro.

Además, deben preverse los desagües en el momento de proyectar la cubierta. Para que puedan escurrir libremente es conveniente volar la chapa entre 25 y 30 cm del muro exterior. También podrá juntarse el agua en canaletas de chapa, que deberán tener una pendiente de medio cm por metro hacia los embudos.

En el encuentro del techo contra la pared, tienen que amurarse babetas de chapa galvaniza, para evitar la entrada de agua por el muro.

Las tejas pueden colocarse sobre una estructura de madera o sobre losa de hormigón.

Para colocar tejas sobre losas inclinadas de hormigón, el asentamiento generalmente se realiza con mezcla. Las mezclas preparadas con cal deben tener un refuerzo de cemento –sin exagerar las proporciones, ya que podrían producir fisuras– para favorecer la adhesión. Para la fijación de las tejas sobre clavaduras se recomienda la utilización de clavos de cobre, ya que no se oxidan.

La teja francesa puede colocarse a junta recta o trabada, siendo recomendable la junta trabada para favorecer la evacuación del agua, para conseguir una mejor trabazón entre tejas. La teja portuguesa, así como la romana, debe colocarse “en vertical”. Es decir, comenzar en el vértice inferior derecho y luego avanzar por “columnas”. Las líneas clásicas se colocan a junta trabada.

4. Pendientes
En la colocación de chapas, se deben tener en cuenta las pendientes adecuadas y los solapes, verticales como laterales.

Las pendientes y los solapes tienen una relación directa. Si el largo de las chapas cubre la totalidad del techo, la pendiente deberá ser de 8 cm por metro. Si se requieren solapes, la pendiente variará aproximadamente 20 cm por metro. Se recomiendan solapes de 30 cm.

En las tejas, las pendientes dependen de los vientos dominantes en cada zona, de la altura del techo y de la intensidad y frecuencia de las lluvias, entre otros factores. También éstas varían en los distintos modelos de tejas, correspondiendo una pendiente de 20º ó 35% en las francesas y romanas; de 35º y 70% en las clásicas. En las tejas de concreto puede adoptarse 22,5º (40%) para el modelo colonial y 30º (58%) para las normandas.

5. Medidas y costos
Las chapas zincalum más utilizadas en viviendas son de calibre 25, (0,50 mm de espesor), poseen un ancho de 1,10 m, útil 1,00 m y un largo a partir de 1,83 m, subiendo cada 30 cm hasta 12,80 m de largo. El precio por metro cuadrado, tanto para las sinusoidales como para las trapezoidales es de 18. Las chapas prepintadas vienen en una gran variedad de colores, siendo los más comunes verde, gris, roja y azul.

Los precios de las tejas varían según sus marcas, modelos y terminaciones.

6. Aislaciones
En los techos de chapa la aislación térmica requiere una atención especial: podrán utilizarse planchas de poliestireno expandido o fieltro de lana de vidrio, que además de ser aislantes térmicos poseen la propiedad de aislante acústico y propiedades ignífugas. Si las chapas están correctamente colocadas, su hermeticidad impedirá el paso del agua.

No obstante, siempre es conveniente la colocación de un aislante hidrófugo. Los más utilizados para cubiertas inclinadas son el fieltro alquitranado o las membranas asfálticas, con o sin aluminio.

En las cubiertas de tejas sobre estructuras de madera para la aislación térmica también se utilizan planchas de poliestireno expandido, siendo lo más frecuente la lana de vidrio. La aislación térmica deberá colocarse por debajo de la aislación hidrófuga, para la que generalmente se utilizan membranas asfálticas.