“Estamos felices de poder volver a la presencialidad”

Autoridades escolares expresaron que se están adaptando a la nueva modalidad de dictar clases. “Si bien son cada 3 semanas, las clases son más personales”, destacaron.

El Gobierno Nacional garantizó la continuidad de las clases presenciales en las escuelas, a pesar de los aumentos de casos de Covid-19 y, en Pinamar, las autoridades educativas expresaron “felicidad” por mantener a los alumnos en las aulas, ya que consideran que es una de las actividades con menor riesgo de contagio.

Actualmente, las escuelas implementan un sistema de burbujas con grupos reducidos de niños, con una periodicidad de 3 semanas. La cantidad de alumnos por burbujas varía según el espacio del aula. Y la regla primordial es mantener el distanciamiento de un metro y medio.

“Hemos dividido los grupos entre 7 y 10 alumnos. Si bien repetís lo mismo durante 3 semanas porque son 3 grupos, es más personalizado”, señaló la directora de la Escuela Primaria N°1, María del Rosario Zuquelli.

La docente aceptó que se están adaptando a la nueva modalidad de trabajo, y tuvieron que repensar la práctica áulica. “Uno está acostumbrado a trabajar con el grupo completo, ahora es más personal. Estamos aprovechando también para repasar contenido que quedó pendiente del año pasado, y poder reforzar lo que no se pudo incorporar”, comentó.

“A pesar de los protocolos, estamos felices de poder volver. Nos estamos adaptando. Es mucho trabajo porque a nosotros también nos cuesta adaptarnos. Uno piensa en volver a tener a todo el grupo junto, tener que modificar, o volver para atrás, pero nos preparamos. El año pasado también nos sirvió para prepararnos”, indicó la directora.

“Los alumnos están felices de poder volver. Ellos también se tienen que adaptar a esto de volver a socializar con sus compañeros, respetar la distancia, el uso de tapabocas o el alcohol en gel. Y los padres están contentos, algunos por ahí no tanto. Tratamos de que entiendan la nueva modalidad de trabajo y por suerte, la gran mayoría de las veces hemos tenido una respuesta favorable”, continuó.

En ese sentido, Zuquelli agradeció el apoyo que recibieron los alumnos de las familias, dado que el año pasado se dictaron clases mediante la modalidad virtual. “La familia fue el pilar fundamental para que nosotros podamos seguir en contacto el año pasado con los chicos. Hicimos todo lo que pudimos, pero si no hubiéramos tenido a la familia detrás no se hubiera podido lograr”, afirmó.

Por otro lado, recordó que el año pasado se brindó el servicio de módulos de trabajo para los que no tenían conectividad. “La mayoría tuvimos muy buena respuesta, utilizando lo que podíamos y lo que teníamos. Muchas de nosotras imprimíamos los módulos en nuestras casas y se los alcanzábamos a los alumnos”, relató.

En el caso de detectar síntomas compatibles con Covid-19 en alumno o docentes, las autoridades educativas deben notificar a un área de salud. Y allí, los médicos informan los pasos que se deben seguir para evitar la propagación del virus en las aulas.

“Tratamos de que todo nuestro equipo cumpla con los protocolos. Si los cumplimos es más fácil hacérselo cumplir a los alumnos y las familias. Es muy difícil que las familias entiendan lo tienen que hacer: presentar la declaración jurada, la temperatura, y que el niño no tenga ningún síntoma. Seguimos recibiendo niños con dolor de cabeza o congestión nasal y esos son síntomas en los que debemos prestar atención”, señaló.

Por último, la directora remarcó que la pandemia obligó a replantear la esencia de la educación. “Todavía seguimos pensando en que en una escuela tenemos 29 o 30 niños por aula cuando deberíamos tener 8 o 9. Es necesario volver a las bases, a lo que le pasa al niño o la familia. Si bien siempre lo tuvimos presente, a veces en la totalidad de un grupo, hay cosas que se nos escapan. Es un momento crucial para formar mejor al ciudadano”, reflexionó.