Finales y comienzos: el valor transformador de los cierres y las oportunidades de un nuevo inicio

Lic. María Fernanda Grimaldi
Emprendedora. Directora de Lindo, Consultora Boutique. Especialista en Comunicación. Lic. En Relaciones Públicas. Magister en Comunicación Institucional. Coach Ontológico.

Llega fin de año y hacer un balance es una práctica útil, beneficiosa y recomendable para aplicar en diversos aspectos de la vida, tanto personal como profesional. El inicio de un nuevo año representa simbólicamente un comienzo y siempre es percibido como una oportunidad para generar un cambio significativo. Y los comienzos son hojas en blanco que tenemos disponibles para escribir siempre nuevos capítulos en el desafiante aprendizaje que es la vida. Y en este sentido la transición de un año a otro ofrece la sensación de dejar atrás el pasado y abre la oportunidad de empezar de nuevo con energías renovadas. Esto implica reflexionar sobre nuestras vidas y metas y nos lleva a evaluar lo que se ha logrado, identificar áreas de mejora y establecer nuevos objetivos. Prepararse para un nuevo año es una excelente manera de enriquecer nuestra vida y abordar los desafíos con una mentalidad positiva. Implica un enfoque equilibrado en diferentes aspectos de la vida, establecer metas, crear un plan y adoptar hábitos positivos, así como valorar lo aprendido y construir a partir de eso. Y comprometernos a alcanzar metas específicas generalmente nos motiva a impulsar cambios positivos en nuestras vidas.

La cultura occidental, en particular, tiene establecida la práctica de hacer resoluciones de Año Nuevo como una tradición. Esta costumbre ha influido en la percepción general de que el cambio y la mejora son una oportunidad que nos ofrece naturalmente el comienzo de un nuevo año. Renovar la motivación sentirse inspirados por la idea de un nuevo comienzo para abordar desafíos, superar obstáculos, comprometerse con el cambio positivo y trabajar hacia el logro de sus metas es, sin dudas, una gran oportunidad a nivel individual y colectivo.

El aprendizaje desempeña un papel fundamental en el proceso de superación personal y profesional. Definitivamente si no desarrollamos habilidades y conocimientos que nos permitan enfrentar desafíos y aprovechar oportunidades no podremos avanzar y evolucionar y mejorar nuestra calidad de vida. Por ello nuestra capacidad de aprender es esencial, porque quienes estemos dispuestos a aprender y adaptarnos a nuevas circunstancias tendremos mayores posibilidades de superar los desafíos y aprovechar las oportunidades emergentes. Explorar nuevos caminos y aventurarnos fuera de nuestra zona de confort, abrirnos a nuevas experiencias nos permite descubrir talentos ocultos, intereses apasionantes y posibilidades que nunca antes habíamos considerado. Y esto nos permite enriquecer nuestras vidas y hacernos más sabios. A medida que adquirimos nuevas habilidades y conocimientos, aumenta nuestra autoconfianza que es imprescindible para afrontar desafíos con una mentalidad positiva y con la convicción de poder superarlos. Es así como se desarrolla la resiliencia y la capacidad de recuperarnos de las adversidades. La resiliencia es esencial para la superación personal en tiempos difíciles. Esto, el empoderamiento individual que nos trae el aprendizaje y el control sobre nuestro desarrollo para poder tomar decisiones informadas nos permite dirigir nuestra vida hacia metas específicas y nos abre el camino a la superación personal y también social. ¿Quién duda que las personas educadas y bien informadas tienen más probabilidades de contribuir positivamente promoviendo un entorno propicio para la superación colectiva?

En Argentina estamos iniciando no solo un nuevo año sino una nueva etapa a nivel institucional, político, social y económico. Y este comienzo nos propone infinidad de posibilidades. En este sentido establecer metas claras es fundamental para trazar un curso de acción que nos inspire y motive teniendo claro cuál es el resultado que se desea alcanzar a nivel colectivo. Ser sinceros, no ocultar la realidad pero tampoco exagerarla, rescatar lo positivo de lo pasado, corregir lo que no funciona y fijar prioridades será la base de cualquier plan. Crear conexiones que sean significativas en el inicio es la mejor oportunidad para construir, fortalecer relaciones positivas que puedan enriquecer nuestras vidas y ofrecer apoyo mutuo a medida que avanzamos hacia nuestras metas. La confianza, la credibilidad y la congruencia en esto son clave.

Abrazar estos momentos con una mentalidad positiva, nos permitirá como sociedad, como nación, renovarnos al dejar atrás experiencias fallidas, aprender de los errores asumiendo el compromiso de ser mejores versiones de nosotros mismos. Creer en nuestras capacidades y en el potencial positivo del futuro nos debe impulsar como país a atravesar y superar los obstáculos con determinación y perseverancia. Si lo vemos como una oportunidad para crecer, aprender y construir un futuro más prometedor, podemos aprovechar al máximo cada paso que damos hacia adelante. La vida está llena de posibilidades, y un nuevo comienzo nos ofrece la llave para abrir esas puertas y crear un camino lleno de éxitos y experiencias significativas.

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