Gabriel Rolón, en busca de la voz ausente

El psicoanalista vuelve con un personaje conocido, Pablo Rouviot, a quien acompaña su contrafigura, el inspector Bermúdez. Una trama envolvente y una lectura fácil de seguir hacen de esta obra un muy probable éxito de ventas, un rasgo meritorio, dadas las circunstancias.

Con el objetivo de acercar a los escritores al lector, el Grupo Planeta y el Banco Hipotecario promueven la vigésima segunda temporada ininterrumpida del ciclo Verano Planeta en Mar del Plata y Pinamar, y la tercera edición en el Museo Mar, durante los jueves de febrero.

Luego de las dos charlas multitudinarias que brindaron Felipe Pigna y Dario “Z” en el comienzo de Verano Planeta, el ciclo continuó esta semana con Gabriel Rolón, que presentó La voz ausente.

La magia comenzó a las 20 del martes pasado, cuando Rolón inició su exposición inconmensurable y rica, cautivante y profunda.

Las cosas no siempre son como parecen y, cuanto más cerca aparenta estar el mundo de cierta calma, mayor suele ser la tormenta que se gesta en lo inesperado. Un rayo acaba en segundos con la ensoñación de Pablo Rouviot después de disfrutar de un concierto de violín de una de sus pacientes: su mejor amigo, José, “el Gitano”, fue encontrado al borde de la muerte en su consultorio con un tiro en la cabeza.

Todo parece indicar un intento de suicidio. Pero Pablo siente que no es así: algo en lo más profundo de su ser le dice que la verdad es otra, y una vez más debe jugarse la vida para llegar al grado cero de un presente imposible de poner en palabras. Llevado por un impulso que lo empuja al límite de lo irracional, el licenciado Rouviot, con la ayuda de su fiel compañero, el subcomisario Bermúdez, se interna en una trama incierta, un universo críptico y siniestro, con leyes propias, donde el develamiento de un secreto familiar lo deja cara a cara con un enemigo oscuro, inteligente y peligroso.

Casi sin darse cuenta, se sumerge en una historia en la que deberá poner en juego sus herramientas analíticas para esclarecer la investigación policial, sin sospechar que a cada paso se irá convirtiendo en una potencial víctima. Vértigo, erotismo, juegos riesgosos que tienen a la muerte como protagonista hacen de La voz ausente un thriller psicológico trepidante que genera en el lector sensaciones tan extremas como desconocidas. Un libro que confirma definitivamente a Gabriel Rolón como uno de los narradores más sólidos y efectivos a la hora de bucear en las turbulentas aguas de las pasiones humanas.

Es interesante analizar el vínculo entre Rouviot y el autor, ya que el personaje vuelve a ser protagonista, como ya ocurrió en Los padecientes. El mismo Rolón nos cuenta del cuidado que tiene de su personaje y que la alianza con Bermúdez es una forma de que este último haga lo que Rouviot no haría. Una vez consolidada la tipología de un personaje, el autor no recurre a hacerle asumir actitudes que no se condicen con sus características ya instaladas en el texto y en el lector.

En este thriller, concretado a lo largo de 544 páginas, el propósito del Rolón es tener atrapado a quien se atreva a sumergirse en una trama fácil de seguir y a una historia de personajes comunes. El libro no tiene prólogo ni epílogo. La voz ausente es la de los que ya no están en este mundo y habitan nuestro recuerdo, son los que responden a nuestra pregunta sobre qué haría tal bajo estas circunstancias o qué opinaría equis sobre este tema. Es un fenómeno, ya que la voz es una característica particular que muchas veces tratamos de recordar vanamente. Recuerdan los chicos la voz del abuelo y los adultos las entonaciones de sus padres. Son como la necesidad de contar con quien no está y no nos queda más que revivir esa voz que nos marcó con la frase justa en el momento oportuno.

Rolón sabe de eso y por lo tanto el lleno de la sala del Teatro de la Torre es justificado, y la participación de su público, otro tanto.

Sólo nos resta esperar la llegada del próximo encuentro, el martes próximo, con la presentación del doctor Daniel López Rosetti con su libro Emoción y sentimientos, como siempre, a las 20 y con la precaución de llegar un rato antes a la sala para asegurarnos una ubicación.

Los ciclos cuentan con el auspicio de la Dirección de Cultura de Pinamar. Las charlas son moderadas por los periodistas Nino Ramella y Martín Kobse.