Horacio Baliero, su legado para Pinamar

Por Cristina Ivanec, arquitecta.
Matrícula Nacional 16404 // Matrícula Pinamar 971

Pinamar alberga entre sus bosque y playas gran cantidad de casas muy bien resueltas donde se avizora la impronta dejada por el arquitecto. En la búsqueda de viviendas de autor, surge la que hacia 1983, diseñara Bucho Baliero: Casa Soko II.

Horacio Raimundo Baliero nació un 15 de marzo de 1927 en Buenos Aires, Argentina. En el año 1953 se recibió de Arquitecto. Diez años después era Profesor Adjunto de la FADU hasta el ’66. Con la vuelta de la democracia se desempeña en su taller de Arquitectura. En 1950 fundó uno de los estudios que marcaron toda una época: la Organización de Arquitectura Moderna, Estudio OAM, junto a Bullrich, Borthagaray, Casares, Cazzaniga, Clusellas, Goldemberg, Polledo y Carmen Córdova, que fue su mujer durante muchos años y con quien tuvo tres hijas. Gran cantidad de sus obras las realizó a partir de ganar concursos, tanto en el país como en el extranjero. Fue distinguido con el Premio del Fondo Nacional de las Artes en 1996 y el Konex de Platino en el 2002.

En el año 1983 se construye la casa Soko II en Pinamar de la que decía en su momento: "La vivienda aprovecha el desnivel del terreno y se plantea como dos núcleos unidos por un patio semicubierto que los vincula. Un techo de tejas con una sola pendiente sirve como vínculo para entender la obra como ’un todo’. Con un planteo innovador tiene una estética que le permite relacionarse con el entorno construido del típico chalet pinamarense".

"El primer cuerpo es un techo continuado con recortes formales; están los dormitorios de los chicos y baños. En el otro cuerpo, abajo se dispuso un living amplio, la cocina y el comedor, arriba el dormitorio principal y un baño maravilloso, a pedido de los dueños de la casa. Es un solo techo que lo une todo".

"Del otro lado se construyó el asador, que según el viento y el clima se usa de un lado o del otro. Los techos no tienen una sola perforación, el tanque y las chimeneas van por fuera para evitar zinguerías".

Entre las obras ganadas por concurso destaca el Colegio Ntra. Sra. de Luján en Madrid, en colaboración con C. Córdova, 1964 y el Cementerio Parque Mar del Plata, Pcia de Buenos Aires en 1961. Su obra es amplia y abarca desde countries como Martindale en Pilar, como varias sedes del Banco Galicia en Buenos Aires. Destaca el Edificio Colegio Mayor Argentino en Madrid, España.

“Hacer de lo estrictamente necesario, un hecho estético”, es quizás la frase que mejor condensa el pensamiento de este arquitecto de 76 años, que ejerció su profesión con un fuerte compromiso ético y social hasta el último día. Nunca lo sedujeron los espacios espectaculares. El prefirió diseñar simplemente lugares para la vida. Porque el centro de sus preocupaciones no fue la invención formal, sino dar respuestas a las necesidades reales. Las que propone el destinatario de la obra y las que pide la naturaleza del lugar en que se sitúa, su luz y su clima. Por eso se enojaba con esa tendencia arquitectónica porteña conocida como Escuela de Buenos Aires que intenta reducir la arquitectura a una única idea, la “idea de partido”. Y que suele construir la arquitectura con metáforas extra arquitectónicas. “Si se puede decir vaca...”, decía citando a Jorge Luis Borges “por qué decir mamífero rumiante que da leche y hace muuh”.

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