Para Maxi Vernazza, 2018 fue un año complicado, tanto en lo personal como en otros aspectos. En el plano laboral fue un buen año: le salieron nuevas alternativas, como es su llegada al video, un soporte de la imagen que aún no había abordado.

Es que Maxi es fotógrafo y de los buenos, es el artífice de una muestra sobre Charly García que Pinamar pudo apreciar el año pasado y de otra referida al barrio de Once, que expuso en la AMIA.

“En lo laboral fue un buen año: salieron cosas nuevas, como esto del video, que para mí es una novedad porque yo siempre hice fotos, así que estoy metiéndome en esto del video por el lado documental de lo que son mis fotos; estoy incursionando ahí. Además, expuse en AMIA un trabajo sobre el barrio de Once, que hacía tres años que lo estaba haciendo. La idea es que los negocios a las 6 de la tarde cierran sus persianas y hasta el otro día, a las 9 de la mañana, que las abren es otro espacio, hicimos foco en qué pasa en ese barrio que es tan característico, qué pasa ahí, que es otro barrio, porque la gente se va, bajan las persianas, aparecen cosas dibujadas, aparece gente que no está de día. Es un laburo casi sin gente, debe hacer cinco fotos que fueron puestas al final con imágenes de personas porque la idea mía era hacer Once sin gente. Fue un laburo que lo comencé por un taller que estaba haciendo con un fotógrafo, que vive en Once. Entonces, yo caminaba de mi casa, en Almagro, hasta allí. El taller fueron dos años. El primero, por cuestiones laborales, yo iba mucho al conurbano; entonces, desarrollé ese tema. Al año siguiente no iba tanto, así que me puse con este barrio. En la AMIA hay un jurado, que es Elio Kapszuk, que es un tipo muy groso, que era de Recoleta; cuando le llevé este laburo, nos juntamos en un bar, cerca del registro civil de Uruguay y Córdoba. Me acuerdo que había una mesa gigante de gente que había salido de un casamiento, una mesa que nos rodeaba y él empezó a gritar cuando veía las fotos, y yo pensaba: ‘Tampoco exageres’. Enseguida yo le buscaba el ‘pero’, y después pensé: ‘Es amigo pero no tiene compromiso’. Entonces, él me propuso hacerlo en la galería de AMIA, que es un lugar hermoso. Me dijo: ‘Le falta laburo’, cuerpo. Esto había sido, ponele, en octubre o noviembre de 2017; se expuso en agosto de 2018. Así que ese verano le metí… era dar vueltas por el barrio. A él se le ocurrió hacer un apartado de tres temas. Uno no lo piensa pero las tres tragedias más grandes pasaron en ese barrio: AMIA, Once y Cromagnon. Entonces, me faltaba laburar eso, esas tres fotos, algo conceptual, que en una foto esté reflejado eso”, monologa entusiasmado. Describe, como buen observador, cada detalle del detrás de la escena de sus muestras.

“Si bien yo tenía el trabajo sobre imágens de Charly, hacía muchos años que estaba con eso, y poder hacer otro laburo distinto me sirvió mucho, en lo personal y lo profesional”, reflexiona, y recuerda a un amigo que le aconsejó dejar al rockero e incursionar en otros temas.

Vernazza es un artista, un bohemio. Trabaja en medios, hace grandes producciones en torno a una persona o a un producto. Como ahora, que visita Pinamar por una marca deportiva, por una sesión a una actriz, Mercedes Oviedo, un evento por esa misma marca, algo con Los Totoras, una con una youtuber, otra con Rodrigo Guirao Díaz y lo que profesionalmente se le ofrezca.

“Hay dos tipos de fotógrafos: unos viven trabajando en un medio y otros que, como yo, piensan en fotografía todo el día, sacando fotos o lo que sea, o recorriendo librerías en busca de más material, además de hacerlo profesionalmente. Hay mucha gente que trabaja con rollo, no profesionalmente pero en lo autoral aún se trabaja en película. En lo profesional se trabaja con lo nuevo, por velocidad, rapidez, costos”, cuenta.

Hoy ya está trabajando en Retratos de gente de Once. La búsqueda le lleva varias horas de caminata. Una muestra le lleva mucha plata en copias, catálogos, marcos, “y algunos amigos me ayudan y colaboran con los gastos”.

Luego, Maxi me asesora sobre cómo tomarle una imagen para la nota; es así.