Enviado por el equipo de comunicación de la parroquia Ntra. Sra. de la Paz
Los chicos de catequesis de la parroquia celebran la Solemnidad de Todos los Santos a través del conocimiento de sus vidas y milagros, pero también rindiéndoles tributo mediante la preparación de estampas para regalar a la salida de la misa.
Saldrán a recorrer las casas, cada uno de ellos ataviado como un santo al que representarán en esas visitas.
La misa propiamente dicha de Todos los Santos es el 1 noviembre a las 18.30 en la capilla San José.
La conmemoración religiosa constituye igualmente una oportunidad para recordar la llamada a la santidad presente en todos los cristianos desde el bautismo.
Simboliza en cada uno de nosotros una apelación del Señor para que en la vida real seamos perfectos –o sea, santos–, como Dios, el Padre celestial, lo representa.
La apremiante llamada es a que vivamos todos nuestra vocación a la santidad, según nuestros propios estados de vida, de consagración y de servicio.
El Concilio Vaticano II, de cuya clausura se celebran ahora los 40 años, insistió mucho en este tema. Es así como el capítulo V de su Constitución dogmática Lumen Gentium lleva por título “Universal vocación a la santidad en la Iglesia”.
La solemnidad litúrgica de Todos los Santos, que prevalece sobre el domingo, es una popular y bien sentida fiesta cristiana.
Evoca a quienes nos han precedido en el camino de la fe y de la vida y gozan ya de la eterna bienaventuranza.
Por ende, ya son –por así decirlo– ciudadanos de pleno derecho del cielo, la patria común de toda la humanidad de todos los tiempos.
Los monjes benedictinos de Cluny expandieron la festividad de Todos los Santos, según cuenta un milenio de popular y sentida historia y tradición en la vida de la Iglesia.
En ese día la celebración abarca a todos los cristianos que ya gozan de la visión de Dios, que están en el cielo, hayan sido o no declarados santos o beatos por la Iglesia.
Se denomina Santo a todo aquel cristiano que, concluida su existencia terrenal, se encuentra en la presencia de Dios y ha recibido –con palabras de San Pablo– “la corona de la gloria que no se marchita”.
El Día de Todos los Santos incluye en su celebración y contenido a los santos populares y conocidos, extraordinarios cristianos a quienes la Iglesia dedica en especial un día al año.
En la jornada siguiente, el 2 de noviembre, se conmemora a los difuntos con oración y recuerdo hacia ellos.
La piedad de nuestro pueblo fiel visita los cementerios.
Nuestra parroquia celebrará la misa alusiva en la capilla del cementerio de Pinamar a las 9 y a las 16. Y en la capilla San Francisco Solano a las 18.30.