Sugiere el Dr. Manes que las cosas son “según sea el cerebro que las piense”. Llegando casi al final del invierno la mayoría de nosotros hemos empezado a pensar y a soñar ya con los días primaverales, con el disfrute del aire libre, de los jardines, los trinos y las caminatas descansadas en la playa. A un poeta estos cambios le inspiran versos, a un músico le recuerdan quizás los fascinantes conciertos de Vivaldi, a un astrónomo, en cambio, le sugieren un fenómeno celeste.

Se inspiró en la primavera sevillana Antonio Machado y escribió: “La primavera besaba suavemente la arboleda, y el verde nuevo brotaba como una verde humareda. Las nubes iban pasando sobre el campo juvenil... Yo vi en las hojas temblando las frescas lluvias de abril”. Y en la Italia de comienzos del siglo XVIII al Cura Rojo, como le decían al sacerdote pelirrojo que conocemos como el autor de los cuatro conciertos para cuerdas Las Cuatro Estaciones, Antonio Vivaldi, la llegada de la primavera le inspiró un soneto que fue la fuente de su creación musical, La Primavera. En ese soneto, cuya letra él transformó luego en música, imagina que los pájaros lo saludan con su alegre canto mientras el murmullo de los arroyos se cubre con rayos y truenos y cae la lluvia sobre el florido prado donde duerme el pastor con el fiel can a su lado. Para un astrónomo es inevitable pensar en los equinoccios (difícil palabra que significa que la noche y el día tienen en toda la tierra aproximadamente la misma duración), fenómeno que ocurre dos veces al año, el 20 ó 21 de marzo y el 22 ó 23 de septiembre de cada año. En 2018 será el 23 de septiembre el día en que el sol estará en su punto más alto en el cielo a 90° sobre el ecuador terrestre y, comienza el otoño en el hemisferio norte y la primavera en el hemisferio sur.

La figura nos muestra la iluminación de la Tierra por el Sol el día del equinoccio, cuando en el polo Norte comenzará una noche que tendrá seis meses de duración. En el hemisferio norte comenzará el otoño, al cual se le llama el equinoccio otoñal. En el hemisferio sur comienza la primavera, a la cual se le llama el equinoccio primaveral. Y en el polo Sur comienza un día que tendrá seis meses de duración. Los equinoccios realmente son un momento particular en el calendario, un instante de tiempo que ocurre a una hora determinada. Pero son también la inspiración del poeta, la creación del músico y del astrónomo su ciencia.