La revelación del Espíritu Santo marca el inicio de la Iglesia

Enviado por el equipo de comunicación de la parroquia Ntra. Sra. de la Paz.

María, los apóstoles y más de un centenar de discípulos estaban todos juntos en el Cenáculo de Jerusalén cuando, de repente, vino del cielo un ruido como el de una violenta ráfaga de viento y los envolvió.

“Se les aparecieron entonces unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos. Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en diferentes lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse”, es la descripción bíblica de la llegada del día de Pentecostés, el momento en el cual dio inicio la Iglesia.

La cuarentena obligó a que la vigilia que todos los años suelen hacer los jóvenes de la parroquia para conmemorar el acontecimiento se haya tenido que transformar, en esta oportunidad, en virtual para poder ser seguida a las 18.30 por Facebook.

El día de Pentecostés tiene lugar 50 días después de la fiesta de Pascua, contados a partir del Domingo de Resurrección.

Desde entonces, y hasta el fin de los tiempos, el Espíritu del Señor llena el universo, renueva todas las cosas y enciende en los corazones de los fieles el fuego del amor, iluminando nuestra inteligencia.

Da a gustar de todas las cosas buenas que el Padre ha creado para nosotros y haciéndonos gozar con su presencia consoladora: desde entonces, el “rostro” del Espíritu Santo somos nosotros, y nos ha convertido en verdaderos evangelizadores, sus amigos y testigos para que, viviendo plenamente como hijos de Dios, hagamos que todos los hombres participen de esta vida divina.

Las necesidades que afrontan las familias más vulnerables al haber sido interrumpidas las actividades productivas debido a la pandemia que asola al mundo activaron aún más la solidaridad cristiana para con los que sufren, que en el caso de la parroquia se hace realidad a través de la campaña de Cáritas, que consiste en esta oportunidad en reunir donaciones de alimentos y productos de primera necesidad, al igual que fondos para comprarlos, a fin de ser distribuidos a un centenar y medio de familias carenciadas.

El párroco de Ntra. Sra. de la Paz, Marcelo Panebianco, se encarga de mantener viva la llama de la caridad, que junto con el viento constituyen la forma que asumió la salvación que bajó a la tierra el Espíritu Santo en Pentecostés, según consignan las escrituras.