Laicos cubren la escasez de curas para dar misa y sacramentos

Enviado por el equipo de comunicación de la parroquia Ntra. Sra. de la Paz

La figura del ministro extraordinario, el laico que es formado para ayudar a distribuir la comunión en la misa, llevar la comunión a los enfermos y realizar celebraciones de la Palabra, cobra suma importancia en un ajustado contexto de insuficiente cobertura sacerdotal como el que viene caracterizando a la Iglesia.

Las estadísticas lo corroboran: en 2019, el sistema diocesano en Argentina estaba dividido en 13 arquidiócesis metropolitanas, 1 arquidiócesis exenta, 48 diócesis sufragáneas y 4 prelaturas territoriales, cada una a cargo de un obispo (o arzobispo), quienes en total suman 104.

Se contabilizaban 10.725 iglesias y capillas dependientes de 2866 parroquias, para las que revistaban activos 5496 sacerdotes.

Es decir, el promedio aritmético daría que hay un cura cada dos iglesias y dos curas por parroquia.

En el caso de Nuestra Señora de la Paz, son 6 los templos que dependen de un solo presbítero: el padre Marcelo Panebianco.

De ahí la necesidad de que sean capacitados ministros extraordinarios a fin de que puedan distribuir la Sagrada Comunión cuando hay un gran número de comulgantes y hasta para realizar Celebraciones de la Palabra con distribución de la Sagrada Comunión, en ausencia del sacerdote.

La semana pasada se realizaron en la parroquia dos encuentros de formación para los laicos inscriptos y para los que renovaban por otro año.

Asimismo, en Mar del Plata, el último jueves de octubre, se reunían en el salón “Cardenal Pironio” de la Escuela Universitaria de Teología los nuevos candidatos a recibir formación de ministros Extraordinarios de la Comunión (MEC) de las parroquias de la Diócesis.

Los sacerdotes Juan Pablo Arrachea y Ezequiel Kseim se encargaron de dictar los cursos bajo la modalidad presencial y virtual.

El sábado siguiente, entre las 9.30 y las 11.30, fue en la parroquia marplatense N.S. de Fátima donde el obispo auxiliar monseñor Darío Quintana retomó el programa, al brindar la oración inicial de una jornada de espiritualidad con todos los Ministros Extraordinarios de la Comunión, tanto los nuevos como los que renuevan el año.

Coordinaron los sacerdotes Luis Albóniga y Ezequiel Kseim.

El sacerdote, el diácono y, en circunstancias excepcionales, los obispos o hasta el propio Papa, son los ministros ordinarios de la Iglesia. Tienen a cargo oficiar misas, transmitir la palabra, presidir las oraciones litúrgicas, administrar el bautismo, la sagrada Comunión, dar la unción a los enfermos.

Los rituales y los compromisos inherentes a la misión pastoral en los extendidos radios de acción que atienden las parroquias en las diócesis en que se divide la organización eclesiástica suelen desbordar la capacidad de cobertura de los miembros del ministerio ordinario, aun cuando cuentan con la asistencia de los laicos en algunas de sus funciones, como ser cuando desempeñan el rol de lectores y acólitos durante las ceremonias, y hasta en el acompañamiento a las personas vulnerables o necesitadas.