Limosna, oración y ayuno convergen en la Eucaristía

Enviado por el equipo de comunicación de la parroquia Ntra. Sra. de la Paz

El retiro que preside el obispo Gabriel Mestre para la zona pastoral que integran Villa Gesell, General Madariaga y Pinamar se llevará a cabo el jueves que viene en la parroquia Inmaculada Concepción de Villa Gesell: a las 19 misa y luego adoración y predicación.

A partir de ese encuentro, se retoman los horarios “normales” de las misas, el nuestro se está detallado en parroquiapinamar.org

También a partir del lunes 13 comienzan las actividades pastorales de 2023 con la catequesis de los chicos de 2 años, y a partir del siguiente lunes 20 se abre la inscripción para primer año, con una novedad: ahora se inscribe a partir de 3er año de la escuela cuando antes era de 2do.

La secretaría parroquial y las capillas pueden ampliar información al respecto a quienes lo deseen y orientarlos para facilitar el acceso.

La cuaresma es abordada mediante tags tales como #escuchar (la palabra de Dios) #oración #ayuno #sacrificio #caridad.

En la catequesis que diera en 2007 Benedicto XVI enumeraba los instrumentos útiles para realizar la auténtica renovación interior y comunitaria, tomados del pasaje evangélico que Jesús ha proclamado: las obras de caridad (limosna), la oración y la penitencia (el ayuno).

Son las tres prácticas fundamentales, también propias de la tradición judía, que contribuyen a purificar al hombre ante Dios.

Esos gestos exteriores, que se deben realizar para agradar a Dios y no para lograr la aprobación y el consenso de los hombres, le son gratos si expresan la disposición del corazón para servirle sólo a él, con sencillez y generosidad.

Asimismo, en uno de los prefacios cuaresmales, a propósito del ayuno, se lee esta singular afirmación: “ieiunio… mentem elevas”, que significa: “con el ayuno… elevas nuestro espíritu”.

El ayuno al que la Iglesia invita en este tiempo no brota de motivaciones de orden físico o estético, sino de la necesidad de purificación interior que tiene el hombre para desintoxicarse de la contaminación del pecado y del mal; para formarse en las saludables renuncias que libran al creyente de la esclavitud de su propio yo; y para estar más atento y disponible a la escucha de Dios y al servicio de los hermanos.

Por esta razón, la tradición cristiana considera el ayuno y las demás prácticas cuaresmales como “armas” espirituales para luchar contra el mal, contra las malas pasiones y los vicios.

La Eucaristía es el centro y cumbre de la vida de la Iglesia y de la historia de la salvación.