Matrimonio, hijos, el núcleo de una sociedad sana

Enviado por el equipo de comunicación de la parroquia Ntra. Sra. de la Paz

El papa Francisco homenajeó a todos los padres en su día, en vísperas del Encuentro Mundial de las Familias, que se lleva a cabo en Roma y en todas las diócesis del planeta, incluida la nuestra.

El lema del evento multicéntrico: “El amor familiar: vocación y camino de santidad”, sintetiza no sólo el mensaje sobre el matrimonio y la fe que el Papa dará a las 2000 familias católicas que asistan a la capital italiana entre el miércoles 22 y el domingo 26 de junio, sino que en cada parroquia se dedicará una jornada a orar, escuchar testimonios de parejas y de jóvenes de la comunidad y darles charlas sobre la importancia de sostener el núcleo en el que se debe apoyar una sociedad.

En Nuestra Señora de la Paz dedicamos una misa el viernes 24 a las 17.30 y a partir de las 18 celebramos el Encuentro de la Familia en Pinamar.

A nivel mundial, el evento se realiza cada tres años. El primero fue en Roma en 1994, a pedido de San Juan Pablo II, y se repitió en la “Ciudad Eterna” en el 2000.

El anterior al que se está celebrando había sido en Dublín, Irlanda, en 2018, y el precedente, en 2015, en Filadelfia, Estados Unidos, a cuya misa concurrieron más de un millón de personas.

Este año, en Roma, se decidió limitar la presencia de fieles a 2000, debido a los resguardos por la pandemia del coronavirus, pero se difundirá ampliamente por las redes sociales y los medios de comunicación.

El domingo 26 de junio, en el Ángelus, el Santo Padre extenderá a las familias de todo el mundo las conclusiones que se extrajeron del programa desarrollado en los días previos y les pedirá que compartan lo que han aprendido con otros cuando regresen a casa.

El prefacio del texto del documento que el Vaticano entregó a los pastores, a los cónyuges y a todos los que trabajan en la pastoral familiar acerca de la preparación al sacramento del matrimonio, dado a conocer en italiano y español, advierte sobre el riesgo real de que “una preparación demasiado superficial en las parejas sea plasmada en un matrimonio nulo, inconsistente o con unos cimientos tan débiles que se ‘desmorone’ en poco tiempo y no pueda resistir ni siquiera las primeras crisis inevitables”.

Estos fracasos, alertó, “traen consigo un gran sufrimiento y dejan profundas heridas en las personas. Se desilusionan, se amargan y, en los casos más dolorosos, acaban incluso por dejar de creer en la vocación al amor, inscrita por Dios mismo en el corazón del ser humano”.

En su mensaje por el Día del Padre, Francisco les aconsejó estar presentes en su casa y en su familia y aseguró que es necesario “compartir los gozos y las penas con la mujer, acompañar a los chicos a medida que van creciendo”.

Asimismo, los instó a enseñar lo que el hijo aún no sabe, corregir los errores que aún no ve, orientar su corazón, protegerlo en el desánimo y la dificultad. “Todo ello con cercanía, con dulzura y con una firmeza que no humilla”, añadió.

Aconsejó a los hijos de hoy, que se convertirán en los padres de mañana, preguntarse “qué padres han tenido y qué padres quieren ser”.

Y aseguró que un buen padre lo es cuando “sabe retirarse en el momento oportuno para que su hijo pueda emerger con su belleza, con su singularidad, con sus elecciones, con su vocación”.

Finalmente, para completar las claves expuestas, Francisco puso el ejemplo de San José y su capacidad de “saber hacerse a un lado, su humildad, el diálogo en confianza con Dios, la búsqueda de apoyo en la Iglesia y la ayuda a los hijos a transitar eventuales fracasos”.