Me siento honrado

Por Raúl Coronel

Haciendo la cuenta, creo que fueron cerca de diez años los que escribí en DC / De Cariló, una publicación quincenal de la Sociedad de Fomento de Cariló. Ello me permitió obtener el reconocimiento de lectores que compartían mis ideas y que me acercaron su aliento para que siga adelante, un detalle valioso para un periodista cuando ese halago es por notas de opinión. Durante esa década, que feneció en 2018, escribí el editorial y la nota de la última página, entre otros aportes.

Viví desde adentro la lucha por los derechos del Bosque, dada su categorización de Paisaje Protegido, y fui testigo del desdén de los sucesivos gobiernos hacia la localidad, en algunos casos rayanos con la burla. Aunque no fueron pocas las veces que esa burla se la tuvieron que tragar ante adversos dictámenes de la Justicia. Viajé como encargado de prensa de la asociación a la ciudad de La Plata y fui testigo de los fundamentos que allí se expusieron en ocasión de los deseos de varias instituciones de volver a ser parte del distrito de General Madariaga. Como resultado, la conformación del Legislativo de ese momento excluyó a la Sociedad de Fomento de Cariló del Consejo Asesor, y a dos personas más, identificadas con el reclamo de escindirse de Pinamar. Un acto que es difícil de olvidar por lo anacrónico y desacertado.

No hace mucho se intentó reparar la medida con la reincorporación de la entidad al Consejo, pero era como prometer la devolución del tiempo malgastado, un imposible.

Desde mi lugar fui testigo de la preocupación ante el peligro de incendios, trasuntado en un constante apoyo al mantenimiento de los reservorios de agua y a la presencia de los bomberos en el lugar. Así como a proveer de lo necesario a la policía destacada en la localidad.

Luego de 300 palabras todos sabemos que estamos recordando a Eloy Lesca, presidente de la Sofocar y quien hizo de Cariló lo que hoy es. Quién otro habría repetido decenas de notas reclamando mayor atención para Cariló. Quién otro habría pedido hasta el cansancio entrevistas y ser escuchado. Quién otro habría contribuido, casi siempre en un silencio enaltecedor, con alguna escuela.

A las instituciones que se identifican con Cariló les queda por delante un duro desafío, como es el de seguir manteniendo el lugar como hasta ahora, respetando la norma provincial que lo hizo diferente y no sucumbiendo a los intereses que siempre han pugnado por hacer un lugar a su imagen y conveniencia.

Eloy nos dejó hace unos pocos días… Tuve el honor de trabajar con él, de escribir en su medio y de haber compartido un mínimo espacio en la vida de un hombre íntegro como pocos.

Me siento honrado y lamento profundamente la partida de un irreemplazable.