Mirar con otros ojos

Por Fernanda Grimaldi. Directora Lindo Comunicación. Lic. en Relaciones Públicas. Magister en Comunicación y Coach Ontológico

Los comienzos son una aventura que nos regalan la oportunidad de poner en acción nuestros deseos más profundos. Porque iniciar es abrir posibilidades y es la señal más evidente de que la vida es un continuo devenir.

Las hojas en blanco con todo el espacio disponible para escribir y reescribir todas las palabras que queramos muchas veces paralizan y bloquean. Es la maldita ansiedad que traen los comienzos y una trampa que nos ponen las expectativas. Y las expectativas mejor dejarlas lejos, son definitivamente la puerta de entrada a la frustración.

No se vos, pero mi único objetivo es empezar este 2023 liviana de esas cargas y llena de esperanza, con menos itinerarios y modelos a seguir y más lugar para lo imprevisto e inesperado. Lo que sucede conviene dicen. Y si algo aprendí es que cuando me dejo llevar por la magia de un comienzo, le doy espacio al asombro y me libero de creencias propias y ajenas todo lo que viene es maravilloso. El poder de la transformación, de la evolución está siempre en nuestras manos y sobre todo en nuestra cabeza.

La experiencia es una colección de aciertos y errores que nos hacen más fuertes, más sabios y más sensibles. Y cada uno la gana viviendo. No es transferible, no se implanta ni se compra, no se copia ni se ensaya. Por eso tener conciencia de que cada día es un comienzo y una oportunidad para perseverar en ese camino de liberación personal es la elección más acertada.

Y como somos seres sociales, compartir esto con otros, acompañar, facilitar y empatizar con quienes les cuesta conectar con sus deseos, asumirlos, mimarlos y dejar la mirada ajena a un costado, es parte esencial de nuestra propia misión y evolución. Si pudiéramos aceptar que cada uno tiene sus propios demonios internos que nos llevan a hacer goles en contra y que muchas veces lo logran, aparecería la compasión frente al juicio, la escucha frente al habla. Y el entendimiento fluiría con la naturalidad que se da entre quienes son pares y compañeros de ruta.

Por eso te invito a que al final de cada día, de cada hoja en blanco que empezaste a garabatear o a escribir frenéticamente reflexiones cual fue la ganancia, el aporte que tuvo en ese recorrido de transformación y evolución. Y también eso que no querés repetir, que no te conecta con lo mejor de vos. Si no encontrás rápido la respuesta, date tiempo. La actitud y la voluntad está es solo una cuestión de tiempo y aprender a mirarte y mirar con otros ojos.