Misas online alternan con asistencia presencial a necesitados

Equipo de comunicación de la parroquia Ntra. Sra. De la Paz

La red social Facebook lleva la sagrada misa a los hogares, cuando la plena cuarentena ante la pandemia global del Coronavirus pone una barrera al contacto humano a fin de evitar contagios masivos.

Si bien los sacerdotes han quedado exentos de las limitaciones de libre circulación impuestas como medida preventiva por las autoridades nacionales a los habitantes de todos los rincones del país a fin de poder brindar asistencia a los enfermos y necesitados, tuvieron que armar un set televisivo con cámaras de video frente a los altares para compartir la celebración eucarística en forma virtual.

Así, a las 19, el padre Marcelo Panebianco brinda el oficio religioso por internet y por el mismo medio el obispado lo transmite a las 8 desde el oratorio del Centro de Estudios Diocesanos del Obispado de Mar del Plata.

El máximo responsable de la diócesis, Gabriel Mestre, inició el ciclo de misas diarias online por www.facebook.com/iglesia.mdp.

El párroco de Pinamar acompaña el forzoso recogimiento ciudadano con la difusión de una oración de Giuseppe, Obispo (Nocera Inferiore – Sarno, Italia), llamada “Yo me quedo en casa, Señor”, que empieza diciendo: “Y caigo en la cuenta de que, también esto, me lo enseñaste Tú viviendo, obediente al Padre, durante treinta años en la casa de Nazaret esperando la gran misión”.

Continúa: “Y en la carpintería de José, tu custodio y el mío, aprendo a trabajar, a obedecer, para lijar las asperezas de mi vida y preparar una obra de arte para Ti”.

Invoca que “María, como cada madre, está ahí detrás haciendo las tareas de casa y preparando la comida para nosotros, todos familia de Dios”, y que “responsablemente lo hago por mi bien, por la salud de mi ciudad, de mis seres queridos, y por el bien de mi hermano, el que Tú has puesto a mi lado pidiéndome que vele por él en el jardín de la vida”.

Al dilema de qué hacer en el encierro, la oración aconseja: “Y, en el silencio de Nazaret, trato de orar, de leer, de estudiar, de meditar, y ser útil con pequeños trabajos para hacer más bella y acogedora nuestra casa”.

Así, “por la mañana, Te doy gracias por el nuevo día que me concedes, tratando de no estropearlo, de acogerlo con asombro como un regalo y una sorpresa de Pascua”.

Y en la noche, “en comunión orante con tantos enfermos y personas solas, esperaré la aurora para volver a cantar tu misericordia y decir a todos que, en las tempestades, Tú eres mi refugio”.

En este contexto, la Iglesia celebró a San José, patrono de la capilla homónima del barrio obrero de Pinamar, y en su homilía matinal el obispo Mestre resaltó los tres puntos destacados de la vida de este Santo: “Interioridad, custodio y proyecto”.

El pedido que hizo el prelado en estas circunstancias es que “en interioridad, podamos ser hombres y mujeres custodios de los más débiles y que podamos asumir este proyecto en la grandeza que nos reclama el Señor”.