“No entendí la conducta de los funcionarios y los concejales”

La frase fue dicha por la concejal Nora Ponce, que participó de la comisión evaluadora de la licitación por la UTF 17 y se manifestó contrariada por lo que considera un procedimiento anómalo.

Para muchos, el proceso terminó en la tarde del martes pasado; para otros, empieza otra secuencia donde la Justicia tendrá un papel gravitante. La concejal Nora Ponce hace foco en el tema que tras dos semanas de reuniones pareciera haber inclinado la balanza a favor de Bosquemar.

–¿Se respetaron los tiempos en la realización de la evaluación pertinente?
–Es un expediente que ameritaba mucho más tiempo de análisis y se resolvió de manera muy rápida; eso fue lo que más me llamó la atención. En segundo lugar, el pliego tiene un sistema de puntuación y en dos puntos, que para mí fueron los más importantes, disentí completamente con la mayoría de la mesa de funcionarios y concejales. Un punto clave fue, para mí, la presentación del anteproyecto que ambos oferentes debían presentar con un informe de impacto ambiental. La empresa Postamar presentó un proyecto que, si bien le faltaban algunas cosas, coincidía con el informe de impacto ambiental y era altamente superador para Pinamar. Era un gran proyecto. En cuanto a Bosquemar, esto no fue así porque presentó un anteproyecto que nada tenía que ver.

–¿Te has preguntado por qué unos y no otros, cuando los primeros parecen ser los que más se han acercado a la propuesta del pliego?
–La celeridad está justificada en parte porque nos corrían los tiempos judiciales; si no, había que ir por el recupero del espacio público. El tema fue judicial. Fue una mesa donde por momentos se dieron discusiones elevadas de tono, no sólo en esta reunión sino también en la anterior, acerca de estos puntos principales.

–¿Pero hubo otros puntos de análisis?
–Sí. Uno se refirió al análisis de las condiciones como comerciantes. Y la verdad que Bosquemar, a mi criterio personal, ha venido teniendo un desarrollo paupérrimo, malo, mediocre, para con el Municipio. Si ya había un litigio, debíamos esperar a que la Justicia dictamine. Sumado a eso venimos con un comerciante que ya tenía una orden de desalojo, que fue pedida por la Justicia, con una negativa de entrega de llaves. Se envió desde el Ejecutivo un nuevo pliego al Concejo Deliberante y dos bloques votaron en contra, dándole todo este beneficio a la última titular de la UTF.

–¿Cuál es tu conclusión?
–La verdad es que no entendí la conducta de los funcionarios y los concejales de ir en contra del erario público, en contra de los intereses. Lo peor es que al día de hoy nadie sabe cuál es el valor de un balneario. Y no lo sabemos porque siempre se manejó de esta manera o con ofertas únicas y el pliego está hecho a total medida. Entonces, uno no puede usar la lógica o el raciocinio para determinar lo que está correcto o no. Bosquemar, habiendo presentado un documento falso, se llevó diez puntos. A mi criterio, si no hubiese presentado el documento habría sido mucho menos grave que haber presentado un documento falso, que no sé de dónde lo habrán sacado.

–¿Cuántas etapas tuvo el análisis hecho por la comisión evaluadora?
–Fueron cuatro reuniones, de las cuales se trabajó mucho más en las últimas dos. El pliego se analiza, punto por punto; uno es la antigüedad. En la redacción de ese punto hay una coma que hace que la interpretación sea ambigua. La mayoría interpretó de una manera y otros lo hicimos de otra manera.

–¿No se analizó la aplicación de ese punto en otras licitaciones similares?
–No. Sucedía que cuando se analizaba se iba para atrás y ésa no era la idea porque no se podía construir. Era la oportunidad que teníamos con esta UTF de que se terminen los privilegios, que el Municipio pueda tener el valor real de un balneario y poder corregir las actitudes de este monopolio que existe desde hace tantos años. Hay concejales y funcionarios que se mantuvieron a la defensa absoluta de Bosquemar con el fundamento de acogerse al pliego. Para mí, los puntos más relevantes fueron los anteproyectos y la capacidad como comerciantes. Claramente Bosquemar ha demostrado que su conducta ha sido no solamente mala, totalmente paupérrima, mediocre. El criterio de la mesa fue el de considerar que siempre pagaron en tiempo y en forma. Se trata de dos empresas, con una que tiene antecedentes por mala conducta y otra que nos los tiene.

–¿Se citó el conflicto laboral que se suscitó en 2018 con presencia en el HCD?
–Sí, cuando se ha presentado a parte del personal como escudo, y ahora vemos que no se los menciona en ninguna parte del proyecto. Esto ocurrió ayer en consonancia con lo que se votó en el Concejo Deliberante a favor de Bosquemar.

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