Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y la imagen de los milagros

Enviado por el equipo de comunicación de la parroquia Ntra. Sra. de la Paz

El encuentro de las familias que tuvo lugar el viernes pasado en Ntra. Sra. de la Paz fue pródigo en anécdotas y enseñanzas, con un nivel de participación y preparación que mereció la felicitación del párroco Marcelo Panebianco.

Fue en el marco de la jornada mundial celebrada en Roma, donde el papa Francisco había conectado con todas las diócesis del mundo, la nuestra incluida.

Tras escuchar los testimonios que brindaron asistentes de todas partes del planeta, dijo que habían sido “amplificadores”, al haberle puesto voz a la experiencia de muchas otras familias en el mundo, que, como ellas, experimentan “las mismas alegrías, inquietudes, sufrimientos y esperanzas”.

En su cuenta de Twitter, definió a la familia como “el lugar del encuentro, del compartir, del salir de uno mismo para acoger a los demás y estar junto a ellos. Es el primer lugar donde se aprende a amar”.

La imagen de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, patrona de Cariló, representa el compromiso de una madre con el hijo, desde que lo concibe hasta su muerte.

El sagrado homenaje que se plasmó en una pintura se inspiró en un ícono antiguo de Creta que representa a la Virgen de la Pasión y quiere hacer presente el misterio de la redención en Cristo y el de la intercesión de María a favor de sus seguidores.

Se atribuye a san Lucas la versión original.

Así nació la devoción a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, que fue difundida por los Padres Misioneros Redentoristas a quienes Pío IX entregó el ícono diciéndoles: “Denla a conocer al mundo”.

La imagen fue pródiga en milagros desde que un comerciante adinerado la obtuvo en Turquía, luego de que saliera intacta del fuego y la destrucción de los musulmanes, y para ponerla a salvo se la llevó a Italia.

Una tremenda tempestad estaba haciendo zozobrar el barco. El mercader blandió el cuadro, lo levantó y pidió socorro hasta que el mar se calmó.

Deambuló antes de llegar al destino que le había reservado la Virgen, en el templo romano de San Mateo.

En sucesivas apariciones fue transmitiendo a la cadena familiar por la que pasaba de mano en mano, su voluntad de que esta imagen suya fuera venerada entre la Iglesia de Sta. María la Mayor y la de S. Juan de Letrán. A su paso dejaba una estela de milagros.

Uno de ellos, precisamente, fue curar a la descendiente del comerciante que había rescatado de Estambul el cuadro de una grave afección que padecía, a cambio de que cumpliera con el santo derrotero estipulado.

Estuvo el ícono 300 años en el altar de una de las más de 30 iglesias que Napoleón ordenó quemar en Roma y emergió ileso gracias a que lo rescataron los religiosos agustinos y se lo llevaron consigo a una pequeña capilla, Santa María en Posterula, donde permaneció sin culto popular y en el olvido durante 64 años.

La hallaron los Padres Redentoristas y la repusieron en el altar mayor de la Iglesia de San Alfonso, sobre las ruinas de San Mateo, donde ocupa el centro del ábside.

Desde ahí extiende la devoción mariana e influencia por los cinco continentes.

Así es como la pintura milagrosa de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro también recala en Cariló, donde el 27 de junio se la conmemora.

Pero la fiesta patronal queda para el sábado 2 de julio en la capilla que lleva su nombre y pertenece a la parroquia Pinamar.